viernes, 27 de septiembre de 2024

Poema 273

Existes? Hace no mucho tiempo atrás hubiese puesto mis manos al fuego por ti. Creía ciegamente, con esa fe que solo los devotos tienen, incluso soñaba con ser tu apóstol, ir por el mundo enseñando tu bondad, tu magnificencia, tu piedad.

Todo lo hacía en tu nombre, agradecido por lo bueno de mi vida, por ser tu instrumento de tu "bondad" y por todas las "pruebas" que me habías puesto, pues así sería mejor cada día, y así haríamos un mejor mundo, tú a través de mi. Y me sentía feliz, pues a pesar de todo, tenía mis hijos hermosos, buenos, y mi bella mujer, era feliz.

Ahora lo recuerdo, que te pedía, todas las noches y los días, te lo pedía con lágrimas en los ojos, te lo rogaba de rodillas, que solamente los cuides a ellos, que a mí me mandes todas las plagas habida y por haber del universo, que me mandes el dolor y las enfermedades, yo soy duro, yo soporto. Y así fue.

Me enviaste mucho dolor físico, me enfermaste haciendo mi trabajo, casi me matas muchas veces, tantas que ahora ni recuerdo. Me mantuve firme, salí airoso, agradecido por tanto dolor, pues creía que así libraba a los míos de tu furia. Y seguí mi camino haciendo el bien por donde iba, glorificando tu nombre, agradeciendo mi vida.

Y tuvo que suceder, primero la mamá de mis hijos, luego mi hijo. Cáncer! Mi hijo que ni siquiera había despertado completamente a la vida. Pude enfrentar el dolor, renegué de ti, pero seguí fiel, seguí constante. Y me enviaste ese sentimiento imposible, tardío, inaceptable. Me mantuve firme, como una roca en la tormenta. Lo acepté, lo acepto. Lo sufrí en silencio, sin hacer daño a nadie. Y seguía creyendo.

Pero, ahora enfermaste el mi hija, y a mi bella esposa. Cáncer! Cáncer! Qué te he hecho?! Qué quieres de mí? Que necesitas? Eres el ser más despreciable y maligno de este universo. Pero... Mejor acepto que no existe nada de lo que creía. No existe un dios bueno. Todo eso es pura historia de ficción que me hicieron creer y que me cegó por completo.

Solo existe todo este inmenso dolor que me está matando lentamente. Sé que sobreviviré a los que amo. Lo acepto. Seré la roca que los mantiene firmes, como hasta ahora. Me mantendré firme y sano. Seguiré amando con locura, y dedicaré mis locos versos a este amor imposible que me carcome por dentro.

Te buscaré siempre, mi adorable princesa de los hermosos ojos negros. Te miraré de lejos, mientras acompaño a los míos en su dolor indescriptible. Buscaré hacer de tu camino más accesible y amable, si está en mis manos, y seré feliz con tu felicidad, a la distancia, a lo lejos. Este mundo es una porquería, esta vida me tenía reservado un último suplicio. Lo acepto, pero...

Viviré para hacerle morder el polvo al maldito que puso este sufrimiento en los míos, lo destruiré, o moriré feliz en el intento...

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