No hay nada más difícil que estar sin ti, en soledad, recordando esos momentos en los que era tan feliz, a tu lado, contigo. Miro mi reflejo en las ventanas de los autos, de las casas, en los ojos de las personas que encuentro en la calle, en todos ellos no me reconozco, soy solamente una imagen triste de lo que alguna vez fue un poeta enamorado de la vida, del amor, embarcado en mágicos sueños, que ahora despertó.
Por qué te tuviste que ir? Se la respuesta, es cierto, pero igual no me canso de preguntar al viento, al sol, a la luna, a las estrellas, a las olas, a la bruma, al horizonte, a las gaviotas, a todos les pregunto lo mismo. La única respuesta que obtengo es silencio, silencio triste y frío. Me miran con tristeza, con pena, saben que mi sufrimiento no tiene ni tendrá cura. La soledad se hará cada vez mas inmensa.
Es tan corto el amor, es tan larga la distancia, y se demora en llegar tanto el olvido, que a veces pienso que antes de haberte podido olvidar ya los gusanos habrán dado cuenta de mi cuerpo frío. Ahora solamente me toca seguir mi ruta silenciosa, mirando al suelo, las manos en los bolsillos, la barba sin afeitar, el rostro enjuto, los cabellos desordenados, la ropa arrugada, y la tristeza en el pecho y en el alma. Mi corazón no está. Dónde estás, corazón mío? Dónde estás?
Sabía que pasaría, que solamente era cuestión de tiempo. Ya para este momento tendrás un amor que te haga feliz, que te haga soñar, que te haga volar por las nubes y las estrellas. Yo seguiré acá, recordando aquellos momentos cuando estabas a mi lado, cuando podía disfrutar de tu mirada coqueta, tus cabellos alborotados, tus poses de diva, tus ocurrencias y tus miradas que me alocaban por completo. Qué difícil es estar sin ti, qué difícil!
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