martes, 17 de septiembre de 2024

Poema 255

Y así van pasando los días, pasan las horas, los minutos y segundos, que cada vez martillan mi cabeza, mi corazón y mi alma, recordándome que te has ido para nunca regresar. Una triste melodía se escurre entre mis dedos, viene por la ventana desde el cielo gris que ya no puede llorar. Las suaves notas son como cuchillos que cortan mi piel, mis nervios se ponen más y más tensos, y en mi pecho un llanto se ahoga en un inmenso mar de lágrimas en desconsuelo que ya ni siquiera quién brotar.

Esto no es vida, esto es soledad! Una inmensidad oscura, fría, húmeda que huele a moho, que se siente como guijarros y espinas y que suena a infinito vacío, donde el eco me devuelve mis quejas y lamentos, aunque entre ellos escucho tu nombre completo, que ya me he cansado de repetir hasta la saciedad. Qué doloroso es sentir tu ausencia, qué difícil aceptarlo, que triste es negar la dura realidad!

Y me repito una y mil veces: si no te hubieras ido, si no te hubieras ido, que feliz sería! Qué feliz! Qué feliz... Más, ya no estás, y solamente me quedan segundos infinitos de cruel y dolorosa agonía, mientras vanamente espero que vuelvas, quiero volver a ver tu preciosa imagen en esa puerta, quiero oír de tu boca que aún me quieres, y quiero gritarle al mundo entero que te amo sin límites, sin razones, sin esperar nada a cambio, te amo hasta la eternidad!!!

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