Hoy no estás a mi lado, tuvimos que ir al lugar de trabajo. Tú al tuyo, yo al mío. En realidad, hace mucho tiempo que habíamos estado posponiendo esto. Hemos pedido mil permisos, vacaciones, y mil razones para seguir juntos, pero el tiempo se acaba muy rápido cuando disfrutas cada momento, cuando cada instante es mágico.
Apenas nos separamos, empezamos a escribirnos. Fui yo quien escribió primero, contestaste rauda. Y así, nos hemos enviado mil mensajes, dando detalles de cada cosa que nos iba pasando. Tanto, que he imaginado que estaba a tu lado, y que tú estabas conmigo. Nos hemos hecho mil preguntas, sobre el clima, sobre las labores, sobre los amigos, los conocidos.
Es la hora del almuerzo, te llamo. Hemos hablado mientras comemos, casi me atraganto un buen par de veces, y como siempre te has reído de mi torpeza. Cómo amo tu sonrisa, tu risa, esa forma que tienes de parecer sarcástica y burlona, pero que me enamora más y más. Es hora de volver al trabajo, la tarde avanza rápido. Nos veremos pronto, iré volando hacia ti, te lo prometo, y lo haré.
Es intolerable la distancia. Extraño tu mirada, extraño el calor de tu cuerpo, extraño las tiernas caricias de tus manos, extraño el aroma de tus cabellos, y extraño perderme en tu mágica mirada. Te extraño tanto, que no sé qué me pasa, solo sé que por ti vivo, y por ti, lentamente muero. No me dejes nunca, por favor. Vuelve conmigo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario