viernes, 6 de septiembre de 2024

Poema 219

 Te extraño. No te imaginas cuanto te extraño, mi pequeña traviesa, mi princesa del averno, mi hermosa niña de aquellos mágicos y encantadores ojos negros. Hoy no estás a mi lado, y el aire es frío como nunca, la soledad de la cueva me clava mil dagas que me torturan en silencio. Hoy no estás, y la comida sabe a veneno, el agua me lastima la piel, la luz es solamente tinieblas. Por qué te fuiste?

Escribo sin parar, tratando de recordar en cada letra tus sonidos, tus colores, tus sabores. No lo logro, solamente hay silencio y un frío tan intenso que mi piel se está quemando, que inclusive se queman mis huesos. Esta cueva no resiste tanto silencio, mis manos no me escuchan, tiene vida propia, se dirigen hacia sus propias letras, y escriben lo que quieran, lo que sueñan, lo que desean.

El repiqueteo del teclado hace un eco fantasmagórico en las oscuras paredes, este eco me golpea tan pero tan duro, que mi cabeza está a punto de estallar. Lo deseo, me encantaría que explotase mi cerebro, para así dejar de extrañarte, dejar de sentir tanto dolor por que estás lejos. Me gustaría que de una forma u otra se acabase este tormento.

A lo lejos, un aullido lastimero me hace recordar que estoy lejos de casa, que en este lugar no hay espacio para ti, pues así es el destino, así es la vida. Pero, cuánto te extraño! Cambiaría la eternidad completa de mi alma en el infierno por un solo segundo de estar nuevamente a tu lado, en tus abrazos, en tus caricias, en tus tiernos besos, y en esa profunda mirada de tus lindos ojos negros. Lo cambio todo, solo quiero estar contigo un momento!

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