Tu hijita nació en la casa, atendida por parteras traídas por ti suegra
Cuarenta días en cama, fajaron a tu bebé, la amamantaron
La fiesta del corte de pelo y del bautizo trajo a más gente a tu nuevo hogar
Pudiste pagar el bautizo, y la cuna seguía vacía, pues tu hijita dormía contigo
Nunca entendiste la razón de tanta y tanta felicidad
Empezó a caminar, dejó de lactar, empezó a comer y la primera palabra que dijo fué: papá
Lloraste como un niño, la felicidad te embargaba de una manera difícil de explicar,
La llevabas a todas partes, sobre todo cuando tú linda esposa te dijo
Que estaban embarazados de nuevo
Qué felicidad!
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