Pero a pesar de todos mis esfuerzos
No he logrado más que recordarte cada día
Rememorando detalles tan sutiles que
Parecen incluso banales, como el día aquel
Cuando te ofrecí un sándwich y dijiste no
Pero luego lo aceptaste de buen grado
Y lo disfrutaste en el camino que tomamos
Con dirección al lugar de trabajo
Puedo olvidar acaso la forma en que mordias
Lentamente cada bocado, tratando de cubrir
Con tus manos tu rostro bello, tu boca
Que se movía con gracia con la comida en ella
No te imaginas cuánto me gusta verte así
En tu quehacer cotidiano, siendo tu misma
Sin esas poses fingidas ni palabras rebuscadas, sin gestos extraños ni miradas raras
Hoy extraño nuestras conversaciones, largas, infinitas, hablando de todo y de nada
Charlas tan banales que quizá no recuerdes nada de ellas, por lo superfluas
Pero para mí esos momentos memorables son los que moldearon mi vida en el último año
Te tuviste que ir, y no me queda más que vivir de recuerdos, de tus ojos, de tus labios
Del calor mágico de tu cuerpo y de la droga nueva en tus besos...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario