No siquiera se cómo y en qué momento
Dejó de llover, el auto es una desgracia
Los asientos mojados, lleno de barro por todos lados. De dónde salieron esas ramas?
Abro la puerta con cuidado, las llaves están resbaladizas, y y hemos caído un par de veces
Al subir por las cortas escaleras. Todo te divierte, para ti todo es risas en este momento
La puerta está abierta, te cuelgas de mi cuello y me mira, coqueta. Crees que puedas?
Vaya pregunta! Te levanto en mis brazos
Casi de un tirón me quito los zapatos
Y descalzo te llevo adentro, no sin antes cerrar
De un tirón la pobre puerta que gime maltrecha
Te apoyas en mi hombro, luego buscas mi mejilla, luego mis labios, llegamos a la habitación y, como dos locos de atar
Nos desnudamos uno al otro, rompes los botones de mi camisa, yo destrozo de un tirón tu pobre blusa y tú brasier, sin pensarlo estamos completamente desnudos en la cama
Cuánto tiempo estuvimos en la habitación?
El hambre me despierta, pero no quiero moverme, tu grácil rostro está sobre mi brazo
Descansas plácidamente mientras disfruto
De la belleza inigualable de tu desnudez
Acaricio tu cabello, aún húmedo, pero cálido
Despiertas y me miras. Dioses de Olimpo
Qué mágica escena! Sonríes. Me besas
También tienes hambre? Me preguntas, risueña. Si, es mi única respuesta.
Vamos a la cocina. Me indicas, mientras buscas una de mis camisas y te la pones
Me visto con lo primero que encuentro
Y voy tras tuyo, levantamos las ropas húmedas
Vaya estropicio que hicimos! Reímos
Con una gran toalla seco tu espectacular cabellera, mientras me miras con dulzura
Beso tu cuello, tus mejillas, tus labios
Ya está listo el café. Hacemos unos emparedados. Manjar de dioses es nuestra cena, nos arropamos por completo
Y disfrutamos de una pequeña pero larga merienda. En la calle la lluvia arrecia
La ciudad duerme, duermen la luna y las estrellas, solo nosotros seguimos
Disfrutando de una mágica e inigualable escena en nuestro nido de amor
La noche, para nosotros, recién empieza...
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