sábado, 8 de noviembre de 2025

Poema 2253

La montaña en silencio me mira
Las cumbres nevadas están quietas
El viento gélido de la puna silba 
Me arropo lo más que pueda
Los pasos son lentos, tengo que ir
Con mucho cuidado, la luna brilla
Y las estrellas la acompañan
Son una gran compañía 
Son un halito de esperanza
A pesar de la soledad infinita

Silencio
Los insectos de la noche callan
Los canticos nocturnos cesan
No es buen presagio ésto 
Mi espíritu se pone en guardia
Un instinto ancestral me dice
Que busque refugio, empuño el arma
La saco de la funda y la preparo

El bastón largo de madera en la mano
Me sirve de eventual defensa y en la otra
La pistola de guerra martillada 
Estoy solo en esta puna nocturna
Pero siento el peligro, prendo la linterna
Y la enfoco hacia el lugar desde donde
Me parece que viene la amenaza

No me equivoco 
Dos luces brilla y huyen al sentir
Mi luz artificial potente 

Vete!
Grito y la montaña devuelve el eco
Mi grito de guerra es estremecedor
Es para darme valor y tratar de ahuyentar 
A los que me acechan

Princesa
Suspiro mientras mi alma
Vuelve al cuerpo y el corazón 
Está desbocado

Te amo
Es el último pensamiento antes de
Descargar el arma ante esas luces
Que se abalanzan sobre mi
Sabiendo que soy su presa...

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