miércoles, 26 de noviembre de 2025

Poema 2345

El bullicioso bar no nos escucha
Mi amigo tiene que levantar la voz por momentos 
Estoy muy cerca a él, siento su dolor
Cada palabra se arrastra entre la cerveza y el tabaco 
Poco a poco el dolor va ganando el lugar

Su voz se hace más pausada, más grave 
Pone su alma en cada frase, deja un poco de vida en cada recuerdo
Calla por momentos, el mesero viene y va
Al inicio no se percata de lo que pasa
Pero poco a poco sus movimientos se hacen más lentos y silenciosos
Nos entiende y comparte con nosotros el momento 
Por lo menos es lo que quiere

El volumen de los televisores ha bajado
No me di cuenta de eso, tampoco
De que la mayoría de mesas que nos rodean nos están mirando
Tampoco me dí cuenta que el barman y el mesero están a mi lado
En respetuoso silencio, escuchando
Mirando, sufriendo

Es tan dura la historia que
Ya el bar no parece un antro
Es ahora un templo que en silencio 
Acompaña un réquiem por alguien 
Que sigue hablando aunque hace ya
Algún tiempo atrás, mucho tiempo atrás
Estaba muerto 

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