Los años y el camino pesan
Mi espalda está encorvada
Traigo sobre mis hombros
Mucho peso, tanto que
Ya quiero descansar y no
Solamente un rato, no
Quiero que el descanso sea
A perpetuidad
Ya no puedo disfrutar
De un amanecer
De una puesta de sol
Tampoco de una tarde lluviosa
O de un genial día de verano
En las arenas de una playa solitaria
Ya no puedo ver en silencio
Como cae una hoja seca en otoño
Ya no puedo sorprenderme
Con unas palabras tiernas
Tampoco con la magia de
Un nuevo amor, tierno, sublime
Ya nada me sorprende, ya todo lo viví
Ahora solo queda esperar a que
La dama de la guadaña venga
Y sea cordial
Todo aquello que empezó, que nació
En algún momento se ha de acabar
Así mismo yo, por qué sería diferente?
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