martes, 7 de enero de 2025

Poema 551

Hoy sentando en la sala de espera de un hospital, me pongo a pensar sobre mi vida
Sobre el camino recorrido y la razón y motivo por los cuales me tocó hoy estar acá 
Nunca es bueno estar en una sala de espera de un lugar donde hay tanto sufrimiento y dolor
Las personas tienen miedo, mucho miedo y ansiedad, no saben a ciencia cierta lo que les pasa y lo que sucederá, es un albur 
Pero siguen llegando, tratando de sonreírle a la adversidad y luchando por un día más 

Mi labor de cirujano me hace estar al otro lado de la sala, luchando contra la enfermedad 
Es cierto, las sensaciones y emociones suelen ser muy intensas, pero el tiempo vuela
Nunca nos sobra tiempo, siempre hay que estirarlo, siempre hay que tratar de encajar
En horarios que a veces son inhumanos, pero te pones en el lugar de los pequeños pacientes, de su dolor y sufrimiento y te olvidas de ti mismo. Siempre es así 

Al terminar la cirugía debo informar los resultados, y muchas veces la cara de ansiedad de los familiares me devasta
A veces los resultados no son buenos
Igual tienes que informar, y los mares de llanto y quejas suelen ser muy frecuentes 
Pero la mayoría de veces los resultados son positivos y las reacciones también 
Abrazos, agradecimientos son muy frecuentes 
Aunque ahora hay muchos familiares que son sobre exigentes y exigen perfección y reclaman por cualquier cosa. Los entiendo a todos. Pero al ser yo también de carne y hueso puedo fallar, y los errores no se perdonan

Hoy, cómo ya desde hace algún tiempo, estoy en la sala de espera del área de quimioterapia 
La espera es larga. Y siempre mi esposa sale mal de ese lugar, aunque su optimismo sigue igual, inquebrantable, indestructible 
Pero físicamente no es ni la sombra de lo que era antes. Y entiendo la razón 
Pero igual es doloroso, y me molesta el hecho que tenga que pasar esto también con mis hijos y con ella. Es justa la vida? No

No me quedan muchas ganas de ayudar
No me queda mucha fé en la vida
Sé que te tendré que enterrar a los míos 
Es una maldición el saber! Odio saber tanto!
En este momento me gustaría ser un ignorante en todo, creer en la divina providencia y en los milagros. Lamentablemente la vida confirma mis peores temores. Qué terrible es saber!

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