jueves, 23 de enero de 2025

Poema 636

Una silla, una mesa, una vela
Una figura solitaria en espera
Una copa, una tabla, una flor
Un mostrador, botellas multicolores
Paredes en madera, piso en madera
Techo en madera, todo huele a madera
El ambiente es tranquilo, tanto que 
Huele a tristeza, huele a melancolía 
Huele a soledad, huele a dolor

En silencio, con los audífonos puestos
Para no alterar la solemne tranquilidad 
Con música instrumental en los oídos
Me pongo a escribir otra vez, y, ahí estás 
Sentada frente a mi, con tu mirada pícara 
Tus poses de niña mala y tus gestos
Que me atrapan y ya no me dejan ir
Ahí estás, tan bella como siempre
Tan hermosa como nunca, ahí estás 
Al alcance de la mano, pero inaccesible 
Cómo siempre inaccesible, inalcanzable 
Pero tan cerca que puedo sentir
El latir de tu corazón y el vaiven cadencioso
De tu respiración, y la caricia de tu voz
Cuando me dices: Hola poeta, que tal?

Todo se convierte en bruma, todo se vuelve
Una niebla espesa que nos envuelve 
Y nos hace volar, hay estrellas y otras cosas 
Hay nubes, luces que se prenden y apagan
Multicolores, el universo es fenomenal 
Ahí estamos de nuevo, tu frente a mi
Me miras con esos ojos que me apasionan
Y abres esa boquita que me aloca para decir
Hola poeta, que bueno es verte otra vez 
Que bueno es encontrarte de nuevo,
Una vez más... 
Hola loco poeta...
Te extrañé...

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