A donde vayas, no te puedes esconder de aquello que te ha lastimado
En lo más profundo de tu ser, aquello que te causa tanto pero tanto dolor que
A veces quieres no estar vivo, incluso lamentas el momento en que hayas nacido
Y decides huir, pero... El dolor te sigue a donde vayas, no hay lugar donde dejes de sufrir
Pero quizá si exista un lugar donde el dolor sea menos intenso, menos doloroso
Donde sea más tolerable el día a día a pesar de detestar cada segundo que sufres en silencio
Y ese lugar es en un abrazo de un buen amigo, es en la mano de la persona que amas
Es en la compañía de tu manada, donde todos te ayudan a lamer tus heridas y te consuelan
Y te dan la fuerza suficiente para levantarte una y otra vez, poner la frente en alto
Y seguir adelante con los puños levantados, decir no me rindo! No me rendiré nunca!
Es cierto, el dolor no te abandonará nunca, a donde vayas te seguirá cuál cadena
Atada firmemente a tus tobillos, a tus manos, a tu corazón y a tu alma, seguirá contigo
Pero, cuando tienes con quién compartirlo, cuando hay alguien en ese lugar que tome
Tus manos, te abrace, apoye tu cabeza sobre tu hombro, y te diga que estaremos bien
Entonces en ese lugar es a donde debe ir para sobrellevar tu dolor cuando es demasiado
No lo dudes, es el lugar más adecuado y siéntete afortunado cuando lo tengas
Un lugar donde puedas calmar cualquier dolor, porque la vida es dolorosa, pero la soledad
Es la peor consejera, es la que realmente mata a cualquier ser vivo
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