Y todos aquellos molestos sonidos ruidos
Del mundanal día a día se apaguen
Tener un lugar para solamente estar
Solo estar en silencio y entregarse
A las alas de los sueños, de la fantasía
Sabiendo que no hay vuelta atrás, que
No queda ya más nada que entregar
Pues lo diste todo, y aún así, y quizá por eso
Has perdido, lo perdiste todo, nada qué hacer
Y nada queda, solo irse en silencio,
Basta de pelear, basta de tanta terquedad
Has perdido, nada más para intentar
La piel adormecida, los ojos apagados
La boca mordida, las manos cortadas
No te queda más que esperar que alguno
De los mensajeros del averno sean
Considerados contigo y te lleven hasta allá
Aunque a veces te pueden dejar atrás
Y solo te quedará ese silencio infinito
Y esa fría y oscura, inacabable soledad
Mis manos heladas, mi piernas adormecidas
Mi pecho hundido, mi alma hace tiempo ha
Que no siente nada, está congelada y fría
Mi corazón en medio latido, mis labios partidos
La piel seca, mis cabellos marchitos
Nada tengo, solo este hueco oscuro, frío
Esperaré en silencio a la que el barquero
Me haya recogido
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