miércoles, 16 de octubre de 2024

Poema 313

Tener un espacio para soñar, dónde la bulla
Y todos aquellos molestos sonidos ruidos
Del mundanal día a día se apaguen
Tener un lugar para solamente estar
Solo estar en silencio y entregarse 
A las alas de los sueños, de la fantasía 
Sabiendo que no hay vuelta atrás, que
No queda ya más nada que entregar 
Pues lo diste todo, y aún así, y quizá por eso
Has perdido, lo perdiste todo, nada qué hacer 
Y nada queda, solo irse en silencio, 
Basta de pelear, basta de tanta terquedad 
Has perdido, nada más para intentar 

La piel adormecida, los ojos apagados 
La boca mordida, las manos cortadas
No te queda más que esperar que alguno
De los mensajeros del averno sean
Considerados contigo y te lleven hasta allá 
Aunque a veces te pueden dejar atrás 
Y solo te quedará ese silencio infinito 
Y esa fría y oscura, inacabable soledad

Mis manos heladas, mi piernas adormecidas
Mi pecho hundido, mi alma hace tiempo ha
Que no siente nada, está congelada y fría
Mi corazón en medio latido, mis labios partidos
La piel seca, mis cabellos marchitos
Nada tengo, solo este hueco oscuro, frío 
Esperaré en silencio a la que el barquero
Me haya recogido

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