viernes, 31 de octubre de 2025

Poema 2211

Esa habitación del pequeño hotel
En silencio nos acoge y observa
Estamos casi al umbral de la puerta
Nos ganó el deseo, te poseo una y otra vez
Y otra vez más, gimes, también yo
La locura desenfrenada nos atormenta
Martilla mis sentidos a mil por hora
No puedo parar, no quiero parar
Tampoco tú, somos esclavos
De un deseo que no nos quiere soltar

Nos arrastramos hasta la cama
Completamente desnudos
Las ropas quedaron en el camino
Te recuesto y empiezo a explorar
Todo este maravilloso tesoro
Que ahora tengo en mis manos

Cierras los ojos, te dejas llevar
Mis labios besan tu frente
Tus párpados, tus labios
Luego tu cuello, tus hombros
Beso cada uno de tus pezones
Te estremeces, lentamente
Beso tu abdomen y voy bajando

Hago un salto hasta tus pies
Qué maravilla de la creación!
Los disfruto, luego poco a poco 
Voy subiendo para al final
Llegar a la gloria...

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