viernes, 18 de abril de 2025

Poema 1075

Vano afán 
El sentarme a esperar 
Que por algún hechizo 
Que nadie puede descifrar 
Esa puerta que terca 
Se mantiene cerrada
Esa puerta que es sostenida
Por mil candados y pesadas cadenas 
Al fin pueda liberarse
Y se abra para que
A través de ella
Tu imagen de diosa guerrera 
Atraviese ese umbral
Me mires coqueta y me preguntes

Cómo estás, poeta?
Me extrañaste?

Abro los ojos, y no
No estás al umbral de la puerta 
Siguen atadas las cadenas 
Los candados en su lugar
Y en mi cueva solo silencio
Y melancolía que taladra los huesos

Hasta cuándo podré esperar?
No lo sé. Resistiras, cuerpo?
Crujen mis huesos, llora el corazón 
Es un gemido el alma
Pero mis ojos necios, como locos
Ni siquiera por un segundo
Han dejado de mirar hacia esa dolorosa puerta...

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