Abres el álbum viejo pero bien cuidado, acomodas la foto en la primera página
Ya no te perderás nunca, le dices a la foto de tu padre
Acaricias la fotos, les hablas, no sé qué les dices, pues no entiendo el idioma, no lo conozco
Vuelves de tus recuerdos y me dices
Le presento a mi amá y a mi apá
Una bella foto a colores
Una mujer color ébano vestida completamente de blanco
Con el ramo en la mano
Es hermosa, esbelta, radiante
Se aferra al brazo de un joven con rizos rojos, pecas y una felicidad que se desborda por todos lados
Está vestido con un terno oscuro
Ambos miran a la cámara, se les ve muy felices, imposible no sonreír ante semejante cuadro
Mi amá era descendiente de esclavos, aquellos que fueron arrancados de su tierra allá en África, aún me cantaba canciones en una lengua rara, me contaba cuentos de un gran río, de llanuras infinitas, de guerreros indomables y de reinas inmensamente bellas. La hubiese escuchado cantar, Doctorcito, el alma se hacía chiquita, se hacía un ovillo
Mi abuela era cocinera, preparaba tan delicioso que creo que era bruja, pues solamente así se puede comprender las delicias que sacaba de las ollas, sartenes, hornos y cocina. Mi amá la ayudaba en la cocina de la empresa que había llegado hace algunos años, estaban construyendo carreteras y tendiendo una gran tubería, que es ahora la que pasa por atrás de este pueblo.
Mi amá era la negra mas hermosa que jamás haya pisado esta tierra.
Asiento, mientras miro las fotos gastada por el tiempo, esa mujer es bella pero sobre todo se nota algo en su mirada que atrapa, que magnetiza, que no te suelta, que embriaga. Imposible no enamorarse de ella
Cuando vino mi apá allá de Noruega (ahora entiendo por qué no entendía lo que le decías a las fotos) bastó con mirarla una vez y ya no tuvo tranquilidad, quedó flechado de una buena vez
Todos estaban en contra. Pero mi apá era muy obstinado, además tenía un buen puesto en la empresa, así que muy poco pudieron hacer para evitarlo
Tampoco era feo mi apá, aunque era tan blanco que su piel parecía transparente. Con frecuencia estaba rojo como un tomate, sus pecas estaban por todos lados, y sus pelos rojos parecían que se quemaban
Apenas puedo recordarlo, verá que todas sus fotos son de joven, no tiene fotos de viejo, pues se nos murió cuando yo apenas tenía 6 años
Te callas. Tristeza infinita en tu rostro
Tragas saliva, las lágrimas brotan en tus mejillas. Te abrazo, apoyas tu vieja cabeza en mi hombro, y solamente dices
Por qué la vida tiene que ser tan cruel con la gente buena?