Nuestra banca ahora está solitaria
La miro y no parece haber cambiado
Pero se ve triste, incluso diría yo que llora
Recordando las interminables tertulias
En aquellas tardes de otoño cuando
Descubríamos nuestros sentimientos
A escondidas, a los ojos de todo el mundo
A hurtadillas, como si estuviéramos
Robando algo, y es cierto, le robamos
Una felicidad prohibida a la vida
Esa banca en el parque del malecón
Nos cobijó desde la vez primera en que
Tuvimos la valentía de encontrarnos
Sabiendo que seriamos blanco de la gente
Que juzga y condena, no nos importaba
Pero aún así, nos amamos a escondidas
Y en esa banca del parque aquel
Recordábamos nuestros encuentros
Nuestros abrazos tiernos y nuestros besos
Y aumentaba la pasión y el deseo
Y solamente nos permitíamos una caricia
Cuando, sentados en esa banca, el día atardecía
Ahora la banca me mira con tristeza
En silencio se va desvencijando, pierde color
Pierde ganas de mantenerse firme ante
El tiempo que destruye todo a su paso
Ya no quiere luchar. Yo tampoco
Solo pasé para recordar, no olvidar
Lo feliz que fui en esta banca, en este lugar
Donde hace algún tiempo atrás encontré
La felicidad en una suave caricia, nada más...
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