miércoles, 5 de marzo de 2025

Poema 851

Cómo podría saberlo?
Digo mientras lucho con el mar de emociones que me están desbordando
No puedo creer que esa monumental mujer, que parece un roble viejo
Que desparrama alegría por donde vaya, que infunde respeto
Que es para todos una madre o una abuela poderosa
Que quizá podría atrapar un toro encabritado con las manos
Que parece tener toda la sabiduría del mundo en sus largos años
Esa mujer de hierro y acero, ahora está llorando

Mi voz se quiebra al intentar calmar su llanto, mis manos tiemblan
Algunas lágrimas ruedan calientes sobre mis mejillas
Una voz quiere liberarse en mi pecho, quiere gritar, quiere bramar 
Mas no la dejo, me contento
Solamente la miro en silencio, respeto su dolor y la confianza que ha depositado en mi al confiarme sus sentimientos 

El tiempo pasa lento, muy lento
Un reloj a lo lejos rompe el silencio
Hora de cerrar, ella se limpia los ojos
Se arregla como puede, me mira en silencio, me dice
Hasta mañana, Doctorcito. Déjeme recobrar un poco la compostura y la dignidad, mañana le haré el relato de todo lo que pasó en esa tarde de sábado que nunca nunca podré olvidar...

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