martes, 9 de septiembre de 2025

Poema 1999

 Ríes mientras me miras. Tomas mi cabeza en tus manos, arreglas mis escasos cabellos, acercas tu rostro al mío, pegas tu frente a la mía mientras me repites: tonto poeta, sabes que siempre estaré contigo, que solamente me voy por momentos, es más, nunca me he ido. Y, luego de decir esto, te abrazas a mi y me besas sin esperar que diga nada, sin esperar respuestas ni mis tontas y a veces absurdas, locas, palabras. Solamente me besas.

La oscura habitación se llena de luz, las ventanas se abren de golpe, el viento arrasa con todo el polvo acumulado, las hojas caen de la mesa, pero, de forma inexplicable, se apilan en forma ordenada en una gaveta que se cierra. Toda la otrora oscura y fría habitación se llena de colores y de vida. Hay música por todos lados, es una fiesta a la vida, al amor.

Ries mirando mi cara de asombro, te separas un poco y empiezas a bailar mientras te despojas de tu armadura de guerrera. Poco a poco caen partes de tu vestimenta al piso, pero no producen ningún ruido, terminas ataviada solamente con una túnica transparente que deja ver tus deliciosas curvas que me alocan por completo. Te acercas a mi, me acaricias con suavidad, con ternura, y, lentamente, me vas desnudando, mientras, como por arte de magia, la cama aparece bajo nosotros, y nos entregamos a la locura...

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