sábado, 1 de junio de 2024

Poema 3

Amanecer de invierno, la calle está fría 
Al salir de madrugada la ciudad aún duerme
Plácida, abrigada, abrazada a sus sueños
Yo aspiro con ansias el aire helado
Que termina de despertarme 

Empiezo mi rutina, aunque la neblina se pega a mi cuerpo
Se siente áspera, pesada, dolorosa
Aún así la siento agradable, es bueno sentirla
Mis músculos agarrotados se sueltan poco a poco
Mi corazón late algo más rápido
Y me adentro en la oscura senda que me propone
Una rutina deliciosa de sudor y castigo físico
Al este viejo cuerpo ya veterano 

Sonrío, siempre lo hago, cuando
Al ponerme los audífonos pongo la música de siempre 
Esa que aviva tu recuerdo, tu presencia sublime
Veo tu ojos sonrientes que me miran desde al lado
Siento tus aromas inconfundibles que avivan mis sentidos 
Mis manos sienten el roce de las tuyas, estoy temblando 
La ansiedad que me invade me impulsa cual resorte 
Y ahora soy nuevamente una máquina que avanza
Sin importarle para nada el clima inclemente 

Voy cantando, sonriendo y cantando 
Serán un par de horas disfrutando la vida
Sintiéndote a mi lado, sintiéndote mia
Y compartiendo mi dicha con el malecón 
Con la playa, la arena, las rocas y el océano 

El tiempo pasa muy rápido, no lo siento 
Las personas, al verme sonriendo y cantando 
Me saludan, a veces divertidos, a veces sorprendidos 
Pero también sonríen, y eso es muy bueno
El sudor me baña por completo, mis músculos protestan
Pero mi corazón y mi alma van cantando 
Y es que, en todo el tramo, estás a mi lado
Lo demás no importa, es muy bueno estar enamorado 
Es muy bueno sentir lo que por ti siento
Y es muy bueno empezar un frío día de invierno 
Disfrutando de la vida, sonriendo y cantando 

Gracias universo!
Gracias mundo!
Gracias vida!
Estoy locamente enamorado 
La vida es bella, y estoy vivo
Y siento que muero día a día 
Por este amor desesperado 
Pero, ah! Que delicioso martirio 
Que dulce y hermosa agonía!

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