viernes, 13 de septiembre de 2024

Poema 244

Ahora que no estás, que es como que si no existieran, cuál es el objetivo de mi vida? Existe alguna razón para mí en este camino vacío y solitario que tiene algún aroma tuyo? Ahora que no estás, ahora que no existes en mi presente ni en mi futuro, qué sentido tiene seguir vivo? Vivir en sueños, vivir en recuerdos, vivir una ficción que no se dará jamás, nunca más, para qué? Es un camino que solo promete más soledad y aún más sufrimiento.

Qué diferente era cuando estabas conmigo. Nos entendíamos sin necesidad de hablar, cuando necesitábamos decirnos algo distinto bastaba con una mirada, y todo estaba entendido. Sabíamos lo que pensábamos, lo que queríamos, a dónde íbamos. Ni siquiera era necesario tomarnos de las manos para sentir que íbamos por el mismo sendero, que nuestra vida era juntos, lo sentíamos, lo sabíamos.

Nuestros sueños volaban juntos, compartíamos no solamente el mismo lecho, sino también las quimeras y vuelos. Compartíamos todo lo imaginable y lo no tanto. Éramos felices con solo estar juntos, sintiendo la presencia uno del otro, sabiendo que existimos sobre este planeta. Oh, que felices que fuimos! Que feliz que fui, y ahora lo he perdido todo. Todo. Todo.

Es difícil aceptar una realidad cruel y dura, que me dice que he perdido y no hay vuelta atrás, tampoco volverá a nacer un amor así nunca, jamás. Solo quedará en recuerdos dolorosos de un instante fugaz donde me sentí amo del universo, porque mientras te tuve, estaba realmente vivo. No como ahora, en que escribo estas letras, me siento muerto, frío, vacío. No quiero nada más, solo espero al barquero, este mundo no es el mismo sin ti. Por qué te fuiste?! Por qué?! Que feliz sería si no te hubieras ido, que feliz hubiese sido 

Poema 243

Por qué?! Te fuiste, vi como tu silueta, tan gracil, tan liviana y delicada se fue perdiendo en la bruma, mientras mis ojos se nublaban con espuma que flotaba en el espacio y anegaban mi corazón, mi alma, mi razón. Que duro fue verte partir! Qué duro! No puedo más, me duele el pecho, me duele toda la piel recordando ese doloroso e inexplicablemente inolvidable momento. Que dolor!

Y ahora, qué será de mi? Solamente me quedan los recuerdos de momentos que nunca llegaron siquiera a despertar, que solamente son sueños, sueños de amor, sueños de entrega, sueños de pasión. Solo me quedan esos tristes y melancólicos recuerdos que cada día me duelen más y más.

Te olvidaré? Sabes que no, nunca podré olvidarte. Es más, estoy casi completamente seguro que esto irá de mal en peor. No es que no pueda olvidarte, es que no quiero. No quiero perderte de mis sueños, de mis deseos, de mis ansias que se hacen tangibles, que se han hecho de arena y hielo y me lastiman desde la piel hasta los huesos. Que por qué te quiero tanto? Vaya uno a saber la razón de todo esto.

Y ahora, solamente te seguiré dedicando estás febriles e insensatas letras, que a nadie importan, lo sé, no es necesario que me lo vuelvas a decir. Te las regalé todas, son tuyas desde antes que hayan nacido en mi cabeza, en mi pecho. Lo sabes, no te hagas la desentendida, pues, queriendo o no, eres tú quien los ha clavado con mil dagas en mi corazón que ahora solo late por ti, para ti y contigo.

Te espero. Así no vayas a volver nunca, yo te espero, incluso mis huesos te seguirán esperando cuando hayan pasado los milenios y esté ya muerto. Te espero.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Poema 242

Y te vas, así de simple, coges tus pocas cosas, te levantas de la silla, te diriges rauda a la puerta y la cierras tras de ti, sin palabra de por medio, sin siquiera voltear por un solo instante, únicamente te vas, y ya.

Me quedo atrás. No puedo seguir tras de ti, mil razones, una banales, otras no tanto. Igual, no hago el más mínimo esfuerzo para seguir tus pasos. En silencio veo como tus huellas se van borrando, el viento hace su trabajo en forma fenomenal. Las nubes lentamente cubren el cielo, nos regalan una tormenta, un aguacero mágico donde las ninfas y las hadas cantan y danzan, se burlan de mi tristeza, de mi desconcierto. Y el sol, avergonzado, hace bien rato que se fue a acostar.

Ya no estás, te fuiste ayer, pero parece una que fue hace una eternidad. A mí me quedan tus miradas, el calor de tus manos, la fragancia de tu cuerpo, el eterno desmadre de tu cabello, y ese magnetismo tan especial de tus hermosos ojos negros.

Espérame, ya voy. Espérame mi amor. Nada de esta vida importa si tú no estás 

Poema 241

Cuando me haya ido, y solo queden recuerdos de mi, no olvides que viví mientras estaba vivo, y nunca dejé que la muerte se apoderara de mi camino. Siempre, mientras era posible, mantuve una sonrisa, aunque a veces mis ojos entristecidos se negaran a sonreír, y en mi pecho mi corazón abatido solo quería morir.

Sonreír aunque llore el alma, caminar así caigas una y otra vez. Hacer lo correcto, a pesar de sentir los guijarros cortantes en tus pies, así las espinas lastimen tu rostro o el veneno amargo fluya a través de tu garganta y te ahogue sin compasión, aún así no rendirse, dejar el último aliento buscando siempre hacer lo correcto, tratando de no lastimar a nadie más que a ti mismo, a nadie más.

No olvides todo lo que digo. La vid es un solo camino, hay un solo destino a dónde todos vamos a llegar, sin importar lo poco o mucho que hayas logrado acumular, así tengas todo el poder del mundo, o seas un pordiosero más, todos llegaremos a ese final. Es en ese momento dónde recién nos damos cuenta que el destino no importa, importa el camino! Y con quién lo compartas, quien vaya a tu lado, eso es lo que importa. Además, solo el amor verdadero, ese que no se compra por todo el dinero del mundo, solamente ese amor nos hará felices para toda la eternidad 

No olvides que amé, con locura, sin esperanza, sin esperar nada a cambio. Solo amé, y amo el día que escribo estas letras, y quizá siga amando en desconsuelo durante todo la eternidad. Soy dichoso por tanto amor, a veces correspondido, a veces no, pero amor al final de cuentas, que me han dado de todo en esta vida, de la cual nada espero ya.

La vida es bella, vale la pena vivir en ella, no en su pasado, ni en su futuro, la vida es ahora o nunca, debemos tomar lo que nos ofrece, sin remordimientos, sin mirar a otros lados, pues, qué más da? Disfruta la vida cundo me haya ido, y no olvides amar, con locura, con pasión, con entrega absoluta, ama y encontrarás la verdadero felicidad!!!

Poema 240

Ay, reloj, por qué tenías que seguir ese tic tac inmisericorde? No me hiciste caso, no te detuviste ni siquiera una fracción de segundo, y dejaste que mi felicidad se esfumara como niebla luego del alba. Ella se fué, se ha ido y no volverá jamás. No podré nunca más tenerla en mis brazos, sentir el calor de su cuerpo, oír sus dulces palabras que acariciaban mi alma. No podré nunca más besarla. No podré, no podré...

Ahora se hace cada vez más lejana la distancia entre ella y mi pecho. Su calor me hace tanta falta, que me congelo incluso en el fuego ardiente del mediodía de verano. Nada me consuela, la vida es nada, no quiero nada ya, solamente recordar esos momentos tan deliciosos que ahora me duelen en lo más profundo del alma. Duele tanto, que no quiero seguir este camino. Podrías, querido reloj, volver atrás? Sabes, te regalo mi vida entera, todo lo que me queda en este planeta, por un solo segundo a su lado, por una sola sonrisa, una sola, más no pido, más nada...

Pero, ay querido reloj, nunca paras, nunca ate detienes, sigues tu inmisericorde martillero y avanzas y avanzas. La imagen de ella es cad vez más lejana, y duele cada vez más recordarla. Llegará el momento en el que, de tanto dolor, se apagará mi atormentado corazón, y al fin podremos descansar de tanta tortura, de tanto dolor. Reloj, reloj! Por favor, no sigas más, detente un momento, detente por favor. Me bajo acá, ya no seguiré contigo. La distancia es insufrible, me duele el corazón, me duele el alma...

No hay tiempo en la espera solitaria, no hay ilusión, no hay esperanza. Solamente un tictac insufrible que tortura más y más a mi pobre corazón enamorado y a mi lastimada alma...

Poema 239

Usted es la culpable de todo lo que ahora yo siento, de esta rara sensación que tengo en el pecho. Es extraño, lo sabe? Un raro dolor sordo al lado izquierdo del esternón, permanente, sordo, cómo una sensación de opresión que hace que en cada respiración se estremecen todos los músculos, incluso los de la frente. Me hace suspirar a todo momento, y hay una ligera sensación a frio que recorre mi cuerpo entero.

Cierro los ojos, trato de dormir y, por más que lo intente una y mil veces solamente logro ver su imagen, tan bella, tan radiante, hermosa y provocativa, y esos ojos negros que me miran, y destruyen mi cordura, destruyen todo aquello que antes había construido, en la paz y la calma de lo que había sido mi vida hasta el momento en que usted, sin previo aviso, invadió mi vida, se robó mi corazón y me dejó perdido sin remedio.

Usted, señora bella, es ahora dueña de mis sueños, de mis deseos, de todo lo que tengo. Nada más puedo hacer, solamente seguir soñando con que un día de estos pueda al fin tenerla frente a mi, tomar valor, tomar sus manos, mirarla fijamente y, ojalá sin desfallecer, pueda decirle que la amo con locura, y que muero por uno solo de sus besos.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Poema 238

Existe alguna posibilidad que deje de escribir? Probablemente, en algún momento de mi alocada aunque lenta vida, deje de hacerlo. Hoy no. Hoy escribo incluso si no tengo la más remota idea de lo que estoy haciendo. Mis palabras, aunque torpes y muchas veces sin sentido fluyen desde dentro de mi pecho. Tengo un corazón ausente, que se fue, está habitando un lugar mágico al lado del corazón que tanto amamos. Se fue, sin pedirme permiso, sin siquiera avisarme. No volverá a mi en los próximos mil años, quizá más, depende del tiempo que nos tome olvidarte.

Sigo escribiendo, sin parar un instante, le sigo cantando a la vida, al amor, y a todo aquello bello que me regalaron tú y el universo. Indescriptiblemente bellos. Un paraíso en un roce de las manos. Un universo en una mirada de ensueño. Una eternidad apasionada en un tierno beso. Una historia sin fin en una promesa de amor. Qué más puedo desear? Lo tuve todo, recibí del universo entero su más preciado don, su más bello regalo. 

Solo me queda escribir rememorando todos esos mágicos momentos, suspirando con cada uno de ellos, y tratando de poner en versos lo que sienten mi corazón y mi alma acá, en mi pecho. Solamente me queda escribir, solamente eso...