Qué diferente era cuando estabas conmigo. Nos entendíamos sin necesidad de hablar, cuando necesitábamos decirnos algo distinto bastaba con una mirada, y todo estaba entendido. Sabíamos lo que pensábamos, lo que queríamos, a dónde íbamos. Ni siquiera era necesario tomarnos de las manos para sentir que íbamos por el mismo sendero, que nuestra vida era juntos, lo sentíamos, lo sabíamos.
Nuestros sueños volaban juntos, compartíamos no solamente el mismo lecho, sino también las quimeras y vuelos. Compartíamos todo lo imaginable y lo no tanto. Éramos felices con solo estar juntos, sintiendo la presencia uno del otro, sabiendo que existimos sobre este planeta. Oh, que felices que fuimos! Que feliz que fui, y ahora lo he perdido todo. Todo. Todo.
Es difícil aceptar una realidad cruel y dura, que me dice que he perdido y no hay vuelta atrás, tampoco volverá a nacer un amor así nunca, jamás. Solo quedará en recuerdos dolorosos de un instante fugaz donde me sentí amo del universo, porque mientras te tuve, estaba realmente vivo. No como ahora, en que escribo estas letras, me siento muerto, frío, vacío. No quiero nada más, solo espero al barquero, este mundo no es el mismo sin ti. Por qué te fuiste?! Por qué?! Que feliz sería si no te hubieras ido, que feliz hubiese sido
No hay comentarios.:
Publicar un comentario