domingo, 8 de septiembre de 2024
Poema 223
sábado, 7 de septiembre de 2024
Poema 222
Por la ventana se cuelan las luces del nuevo día, y el aire nos trae fragancias de un amanecer que recién se despereza y nos promete un día de alegrías y satisfacciones. Prendes la cocina y pones agua en la tetera, mientras yo muelo el café con el molinillo de mano que busqué en la alacena. Los olores del café recién molido nos terminan de despertar, te acercas a mi lado, y juguetona, aspiras los aromas que juguetean en la cocina. Hacemos crepas? Preguntas, mientras sonríes y me tomas de ambas mejillas, para luego besarme tiernamente. Acaso puedo negarme? Asiento con la cabeza, y apresuro la molienda.
Ya el café está en la cafetera, y gota a gota se va liberando la mágica y embriagadora esencia. Tomamos un tazón cualquiera, ponemos huevos, algo de harina, leche, algo de mantequilla y lo batimos mientras reímos, pues hemos hecho un estropicio en la cocina. La harina está por todos lados, me has pintado la cara, yo hice lo mismo con tu nariz. Cayeron cascaras de huevos en la mezcla, y trato de sacarlas mientras sigues jugueteando con la harina que aún queda por toda la mesa.
Intentamos poner la masa conseguida en la sartén que ya está untada con aceite y caliente, y conseguimos una cosa deforme y casi quemada y cruda por algún lago, aún así intentamos doblarla y le untas algo de crema de chocolate que encontraste, que cae al sartén y también se quema. Repetimos la tarea mucvhas veces mas, mientras jugamos con los utensilios, mientras nos besamos, nos acariciamos. Se nos queman muchas crepas. El café se enfría.
Entrelazados en un abrazo infinito, en el suelo de la cocina, nos entregamos nuevamente a los placeres carnales que nos regala la vida, el destino, nos vamos a otros mundos donde reinan los placeres mágicos y la felicidad plena. Me embadurnas la cara con algo del chocolate de una crepa, y luego juegas a que soy yo tu desayuno. Hago lo mismo contigo, pero en tus pechos, en tu ombligo, en tus piernas.
La cocina es un estropicio, los utensilios están por todos lados, el café está frío, las crepas desparramadas en la mesa, y nosotros felices retozamos en el dormitorio, a donde hemos llegado entre besos y abrazos. Nos miramos y reímos como locos. Nos preguntamos: el chocolate sale delas sábanas? Reímos nuevamente, pues también hay mantequilla, harina, aceite y mil cosas mas. Nos da igual, seguimos amándonos como locos, disfrutando de la vida, de todo lo hermoso que es amarnos. Bendita vida, que hermoso es amar y sentirse amado!
Poema 221
Te quiero a morir, qué puedo hacer? Admiro tu belleza cuando duermes plácidamente entre las sábanas que dibujan con suavidad la perfección de tu anatomía, cuando una almohada cobija tu hermosa cabeza y tus cabellos alborotados están a un costado, también duermen, descansan de tanta rebeldía, sueñan contigo, sueñan que mañana tendrán muchos vientos a los cuales lanzarse, mucho a que rebelarse.
Disfruto de tu respiración cadenciosa, lenta, plácida. Tus labios se mueven sutilmente, como si estuvieran siendo llevados por una suave melodía. Sonríes. O, por lo menos, eso me parece. Amo tu sonrisa, aún cuando duermes tienes un poder inmenso sobre mi pequeña existencia. Y tus ojos, aunque están cerrados, me cautivan. Sé que me miran, sé que sonríen, sé que me llevan una y mil veces a esos abismos mágicos donde el placer y la felicidad plena reinan.
Te mueves por un instante, re acomodas tu cabellera, tu cuerpo, tus manos, tus piernas, tu rostro se voltea y por un instante infinito abres tus ojos, me miras somnolienta, me buscas con tus labios y me das un pequeño pero mágico y tierno beso. Duerme, me dices, ven, abrázame. Te estrechas contra mi cuerpo, acomodas tu cabeza en mi pecho, y te entregas nuevamente a tus sueños.
Sigo despierto, disfrutando todo esto tan bello que me ha regalado la vida, el universo. Es tan hermoso, que tengo miedo de quedarme dormido para luego despertar y descubrir que solo fue un sueño. Seguiré velando tus sueños, seguiré cuidándote mientras duermes, pero sobre todo, seguiré disfrutando de cada segundo a tu lado. Es tan hermoso, es tan bello, que solo me queda esperar a la muerte a tu lado. Te amo.
Poema 220
Los torbellinos de la vida nos separan, nos llevan por diferentes rumbos, por diferentes caminos. Veo como, rauda y radiante, alzas ligero vuelo y te diriges hacia el horizonte lejano, acompañada del viento que canta a tu lado, también van mariposas multicolores y avecillas que juguetean a tu lado. Todos quieren disfrutar de tu belleza, tu juventud, tu mágica energía. Todos, también yo, pero me quedo en tierra, mirando como con gracia y delicadeza, simplemente te alejas.
Mi vuelo no despega por el momento, camino a paso firme pero pesado y lento, es por la carga que llevo. No es el equipaje, que es mas ligero que el tuyo. Los años me enseñaron que debo llevar solamente lo necesario. No, ese equipaje podría pasar incluso inadvertido. Es el peso de todo el camino que llevo conmigo. Son tantos años, tantas experiencias, tantas alergias, tantas penas, tanta felicidad y tanta miseria que, simplemente ya no puedo alzar vuelo por mi mismo Por eso camino hasta donde está mi viejo velero.
Lo encuentro en el lugar donde lo dejé, aquel mágico lugar cuando te conocí y me embarcaste en una aventura insólita de emociones y sensaciones que había olvidado, incluso muchas que no había conocido. Lentamente pero con agilidad, mi velero de ensueños alza vuelo, entre las nubes, entre las estrellas, no necesita casi al viento que, siguiéndote, no está acá, es solo recuerdo. Tomo el timón, y me dirijo al lugar de siempre, el espacio tiempo etéreo donde habitan mis sueños. Voy sonriendo.
Ya no habá un loco y tonto corazón que se apodere del timón. Mi corazón enamorado ahora late feliz en tu pecho. Y seguirá ahí mientras no lo eches, mientras sienta que estás viva, que estás feliz o triste, que siguen en tu aventura infinita, buscando nuevos amores, nuevos retos y nuevos abrazos y besos. Ese torpe y alocado corazón se quedó contigo, por siempre, para siempre. Mi alma va ligera, conmigo. También sonríe, recibe con alegría todos los sentimientos que le envía el corazón. Todo es mágico, es único, es infinitamente bello.
Dónde estás ahora, mi princesa eterna? A quién miran tus hermosos ojos negros? A quién le regalas sonrisas? Quién es esclavo de tus palabras y tus silencios? Mi tonto corazón no ve nada, sólo late y late al lado del tuyo, y quiere quedarse ahí para siempre. Estaré en mi velero mágico esperando tu regreso, mientras navego en mis sueños, seguiré navegando por nuestros recuerdos, disfrutando de lo feliz que fueron todos y cada uno de nuestros momentos juntos.
Y seguiré escribiendo mientras no se seque el tintero, mientras la pluma se mantenga ágil y se preste a mis locuras de poeta enamorado. Seguiré escribiendo, para que algún día, quizá, puedas leer aunque sea uno de mis torpes versos...
viernes, 6 de septiembre de 2024
Poema 219
Te extraño. No te imaginas cuanto te extraño, mi pequeña traviesa, mi princesa del averno, mi hermosa niña de aquellos mágicos y encantadores ojos negros. Hoy no estás a mi lado, y el aire es frío como nunca, la soledad de la cueva me clava mil dagas que me torturan en silencio. Hoy no estás, y la comida sabe a veneno, el agua me lastima la piel, la luz es solamente tinieblas. Por qué te fuiste?
Escribo sin parar, tratando de recordar en cada letra tus sonidos, tus colores, tus sabores. No lo logro, solamente hay silencio y un frío tan intenso que mi piel se está quemando, que inclusive se queman mis huesos. Esta cueva no resiste tanto silencio, mis manos no me escuchan, tiene vida propia, se dirigen hacia sus propias letras, y escriben lo que quieran, lo que sueñan, lo que desean.
El repiqueteo del teclado hace un eco fantasmagórico en las oscuras paredes, este eco me golpea tan pero tan duro, que mi cabeza está a punto de estallar. Lo deseo, me encantaría que explotase mi cerebro, para así dejar de extrañarte, dejar de sentir tanto dolor por que estás lejos. Me gustaría que de una forma u otra se acabase este tormento.
A lo lejos, un aullido lastimero me hace recordar que estoy lejos de casa, que en este lugar no hay espacio para ti, pues así es el destino, así es la vida. Pero, cuánto te extraño! Cambiaría la eternidad completa de mi alma en el infierno por un solo segundo de estar nuevamente a tu lado, en tus abrazos, en tus caricias, en tus tiernos besos, y en esa profunda mirada de tus lindos ojos negros. Lo cambio todo, solo quiero estar contigo un momento!
Poema 218
El humo del cigarrillo se eleva en formas caprichosas sobre nuestras cabezas. Soplas suavemente, y las formas se disipan, no sin antes hacerse inmensas. Con tus manos juegas a darles nuevamente forma, y ríes divertida, porque ya no queda más humo en el aire que nos rodea, aún así, creas figuras caprichosas, diversas, y haces que hablen y dancen sobre nuestras cabezas.
Exhalo una gran bocanada tratando de darle forma alguna, y empiezo a toser. Ríes, ríes una y mil veces, mientras las lagrimas inundan mis ojos. También río. Me contagia tu risita burlona, tus gestos divertidos, tu bello rostro que se ilumina ante mis torpezas.
No puedo más, cojo tu cigarrillo y lo apago en el cenicero, mientras el mio es destruido en mis manos. Te atraigo hacia mi, y sin preámbulos, te aprisiono contra mi pecho desnudo, siento tu calor, siento tus labios en los míos, tus manos se convierten en garras que lastiman mi piel, pero me producen tal placer que solamente me dejo llevar por el momento.
Nos entregamos una vez más, sin contemplaciones, sin miramientos. Somos dos fieras salvajes dominadas por nuestros locos deseos, somos furia de pasión desembocada, somos un huracán que destruye todo a su paso sin remedio. Nos perdemos, no sabemos donde ni cuando, nos perdemos una vez mas, hasta que, por alguna razón que desconocemos, nuevamente estamos abrazados, mirándonos, y sonriendo. Un tierno beso, unas suaves caricias, nuestros cuerpos entrelazados, un sueño infinitamente bello, en el cual estamos atrapados, del cual no queremos regresar nunca, y nuevamente nos perdemos...
Poema 217
Hoy no estás a mi lado, tuvimos que ir al lugar de trabajo. Tú al tuyo, yo al mío. En realidad, hace mucho tiempo que habíamos estado posponiendo esto. Hemos pedido mil permisos, vacaciones, y mil razones para seguir juntos, pero el tiempo se acaba muy rápido cuando disfrutas cada momento, cuando cada instante es mágico.
Apenas nos separamos, empezamos a escribirnos. Fui yo quien escribió primero, contestaste rauda. Y así, nos hemos enviado mil mensajes, dando detalles de cada cosa que nos iba pasando. Tanto, que he imaginado que estaba a tu lado, y que tú estabas conmigo. Nos hemos hecho mil preguntas, sobre el clima, sobre las labores, sobre los amigos, los conocidos.
Es la hora del almuerzo, te llamo. Hemos hablado mientras comemos, casi me atraganto un buen par de veces, y como siempre te has reído de mi torpeza. Cómo amo tu sonrisa, tu risa, esa forma que tienes de parecer sarcástica y burlona, pero que me enamora más y más. Es hora de volver al trabajo, la tarde avanza rápido. Nos veremos pronto, iré volando hacia ti, te lo prometo, y lo haré.
Es intolerable la distancia. Extraño tu mirada, extraño el calor de tu cuerpo, extraño las tiernas caricias de tus manos, extraño el aroma de tus cabellos, y extraño perderme en tu mágica mirada. Te extraño tanto, que no sé qué me pasa, solo sé que por ti vivo, y por ti, lentamente muero. No me dejes nunca, por favor. Vuelve conmigo!