sábado, 22 de febrero de 2025

Poema 791

Una canción marca nuestro rumbo
Las olas golpean los costados 
Nuestro navío va saltando sobre las olas 
Pareciera que ríe al contacto con cada una de ellas, la canción se hace más y más fuerte 
Con las botas castigamos los maderos 
El barco se remece en cada golpe pero ni se inmuta, sigue adelante, desafiante 

Mis manos acarician el timón 
Es un madero viejo y gastado
Pero es madera de la mejor
Estoy de pie, me sujeto firmemente 
Mis bravos se agarran de lo que pueden
Solo uno de ellos, el segundo a mando
Está parado con las piernas abiertas y los brazos cruzados, con el ceño fruncido
Ruge en cada estrofa de nuestro canto
Cuando el barco salta, apenas si se mueve
Es como si estuviera clavado a los maderos
Todos disfrutamos del momento 
Se acerca una tormenta y, lo que es mejor,
Hay un barco enemigo por delante!

El olor a pólvora nos excita 
El filo de los sables nos embriaga
Corre ron, un solo trago, para alejar los males
El enemigo deja de huir y empieza su viraje
Dará batalla! Todos gritamos 
Será una buena pelea,
Las nubes negras oscurecen el aire
Algunas gotas empiezan a caer
El mar se agita más aún... Ya están cerca 

Fuego!
Fuego!
Fuego!

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