lunes, 6 de marzo de 2017

Rebelde 6

- Despierta Ibañez! Que haces gimiendo como marica? ... No necesitas repetir que el mundo es una mierda, y que la cagaste otra vez, porque esta vez si la has cagado hasta el fondo!!!
- Mi teniente? Es usted?
- No, so pedazo de huevon! Soy el arcángel Gabriel quien ha venido a visitarte... Quien mas voy a ser, pedazo de mierda inutil! Cuadrese y arreglese! Y limpiese las babas y los mocos!
- Si mi Teniente!... Que me pasó?
- Pues que lo drogaron Ibañez! Eso fue lo que pasó! Y ahora, tiene toditas sua celdas vacías... Prepárese porque viene el Mayor. Esta vez si la recontra cagaste Ibañez. Te jodiste.

La cara del sargento es una mezcla de sorpresa, enfado y sueño. Apenas puede mantenerse de pie. Tiene todo el cuerpo adormecido. Y los brazos están entumecidos. Le duelen un poco.

Y la cabeza. Siente que va a explotar su cabeza. Siente mil cinceles que taladran su cerebro y que quieren perforar su cráneo. Quiere gritar. Pero no lo hace. El sentido de la obligación y el pánico al haberse dejado drogar dentro de la comisaría es tan grande, que siente unas ganas terribles de miccionar y también de hacer deposiciones.

"Te cagas de miedo, maricon de mierda". Se dice a si mismo en silencio. Con la manga de la camisa se seca el sudor de la frente, y al buscar en los bolsillos por el pedazo de papel higiénico que siempre carga consigo, encuentra una hoja de papel doblada de manera extraña (parece una estrella) y se ve que está escrita por dentro.

La mira inicialmente con recelo. Y estando a punto de abrirla se presenta sin previo aviso el Mayor, que es el jefe de toda el área.

- Firmes, sargento. Relajese y tome asiento.
Ibañez no dice nada y automaticamente cumple con la orden del Mayor.
- Dejennos solos. Esta será una conversación privada. Solo el sargento Ibañez y yo.
- Como ordene mi Mayor. El teniente hace el saludo de rigor y se retira dela habitación, dejando solos al Sargento Ibañez y al Mayor, no sin antes apoyar su mano en el hombro de Ibañez y hacerle una señal de "fuerza mi camarada" pero con un gesto de desaprobación y resignación. Al salir cierra la puerta sin hacer mucho ruido.

Un minuto de silencio que parece una eternidad. El Mayor está sentado, mirando hacia un costado. Luego coge un bolígrafo y un papel y se lo alcanza a Ibañez.

Mira a Ibañez con la cabeza semi agachada, y en sus ojos hay un brillo especial. Una especie de risa irónica, y mueve la cabeza en signo de desaprobación, pero aparentemente complacido.

Ibañez no sabe como responder. Solo mantiene su cara de poker, sin emociones, y en su cabeza mil cosas giran y giran.

- Ok...
Es todo lo que dice el Mayor. Se levanta, camina unos pasos con las manos en la espalda, como meditando algo. Se detiene por un rato y luego dice, sin voltearse a mirar a Ibañez.

- Ocupese del papeleo. La treta de que fue sedado es muy buena. Pase por toxicologia y que le tomen muestras. Ahi debe negociar con Gutierrez, para adecuar los resultados. Y con respecto al acuerdo, nunca hubo nada, nunca existió. Nunca pasó nada. Se tomará unas merecidas vacaciones para reincorporarse posteriormente a sus labores habituales...

Ibañez no entendía una jota de lo que el Mayor estaba diciendo. Pero asentía en silencio. El alma habia vuelto a su cuerpo.

El Mayor se acercó mucho a Ibañez. Y casi susurrando le dijo:
- Eres el mas pendejo de todos, hijeputa. La próxima vez, me avisas primero o te saco la rechucha tu madre. Pero... La hiciste bien.

Luego se aleja. Lo mira con desdén. Y se sonríe, mientras menea la cabeza. "Sabía que no eras tan santito... Je je je"

Luego con voz firme y alta dice (asegurándose de ser escuchado a través de la puerta)

- Quiero ese papeleo esta misma tarde! Firmes sargento!!

Y se retira, dejando las puertas abiertas de par en par. El teniente y otros son tomados por sorpresa, pero asumen la postura universal de saludo ante su jefe.

Ibañez abre la palma de su mano y ve el trozo de papel en forma de estrella. Mueve la cabeza, y con una mueca como sonrisa, empieza a escribir el parte de los hechos. Sabe a la perfección lo que escribirá. Ya lo entendió todo.

"Eres una jodida de mierda, Pen. Cuando te agarre, ya vas a ver... Solo deja que te agarre, mocosa del demonio"... Sonríe, mientras en su mente ve claramente todos los hechos sucitados en la noche anterior y se imagina como habrán "aceitado" al mayor....

jueves, 2 de marzo de 2017

Rebelde prefacio

La isla de plástico.
Aunque se llama Tierra, realmente la superficie de nuestro planeta está cubierta en un 70% de agua. Solamente el Océano Pacífico cubre la tercera parte del planeta, tanto asi que, vista desde el espacio, la tierra parece un planeta de agua.
Aunque esto no es tan cierto. El agua en total solamente representa el 0.02% de la masa total de la tierra. Solamente que esta distribuida casi por completo en su superficie.
De esta agua, el 97% es agua salada. Del agua dulce, el 70% está congelada. Nos queda solamente una infima parte de agua dulce util para todo el consumo y actividades de la vida en la tierra.
Desde el inicio de los tiempos la humanidad ha producido desechos en su quehacer diario. Y la gran mayoria de ellos los ha vertido a los ríos y, en consecuencia, a los mares.  Durante milenios esto no habia representado ningún problema para la estabilidad de los ecosistemas del planeta.
Hasta ahora.
Con la industrialización y el progreso se han ido produciendo en forma progresiva y sistémica elementos toxicos y no degradables que, alegremente, hemos seguido vertiendo al gran basurero del planeta: el océano.
Y la mayor parte de los desechos que tiramos al mar son eso, plástico.
Las corrientes marinas han hecho que toda la basura de los mares se acumule en los vortices centrales, formando grandes islas de desechos en los principales océanos del mundo.
Isla? Dificil llamar isla a una formación como esta, donde los desechos plasticos acumulados por decadas flotan bajo la superficie del agua. Mas correcto es llamarla sopa de plástico. O de basura. Pero tampoco se le podria llamar como isla tan alegremente por su tamaño: la del oceano Pacífico tiene una superficie de 1.8 millones de kilometros cuadrados (en tamaño se acerca a México. El triple del tamaño de Francia. Imagínense) .
Y sigue creciendo. Nuestra actividad frenetica ha hecho que esta "isla" dentro de poco pueda convertirse en un verdadero continente de basura, donde se han acumulado todos los desechos y desperdicios de nuestra sociedad.
Es solamente cuestión de tiempo.
Y así, como los desechos que tiramos a los ríos, por los desagües o simplemente tiramos al suelo porque no nos sirve, y estos desechos y restos inservibles se juntan poco a poco gracias a las fuerzas de la naturaleza en un gran continente de desperdicios, de la misma manera, los "desechos" de la sociedad (ladrones, delincuentes, prostitutas, vagos y maleantes en general) suelen confluir siempre en un mismo lugar.
La naturaleza es así.

martes, 28 de febrero de 2017

Hoy te soñé, de nuevo...

Hoy en mis sueños te he encontrado. Y nuevamente has tomado mis manos, me has sonreído, me has mirado directo a los ojos y en ellos, pude ver de nuevo el paraíso eterno. Tu fresca sonrisa y tu inocencia de niña recién crecida contrastaban con tus impetus de diosa del deseo y tu fuerza de fiwra indomable.
Como siempre te he visto como una adolescente. Con el cabello algo revuelto, pero bien cuidado. Tu piel linpia yy tersa. Rus manos suaves y firmes. Y decias que me amabas.
Que nunca dejaste de amarme. Y que siempre estarías a mi lado, pase lo que pase.
Hoy te soñé nuevamente a mi lado. Y era nuevamente yo un adolescente enamorado. Ansioso de seguirte, deseando seguir tomando tu mano. Deseando nunca mas soltar este abrazo. Deseando que el mundo entero y el universo todo detengan su frenético paso. Y mantenernos flotando, para siempre, abrazados.
Hoy te soñé nuevamente. Y seguías siendo el ser mas hermoso que jamás mis ojos hayan disfrutado. Y seguias siendo la princesa bella de todos y cada uno de mis pasos. Y seguías ahi. Sin inmutarte. Sin reproches. Sin lamentos. Sin quejas. Solamente feliz por estar nuevamente a mi lado.
Hoy te soñé nuevamente. Y al despertar... Seguías a mi lado.

sábado, 25 de febrero de 2017

Rebelde 5

Ibañez. Ocupación: personal de seguridad (policía en retiro) Estado actual: Muriendo.

El sargento Ibañez nació en un pueblito alejado de la capital. Hijo de agricultores, su sueño era salir de ese pequeño lugar para conocer el mundo y hacer una vida nueva a la rutina de su vida. Se había acostumbrado a esa rutina en toda su niñez. Levantarse antes de que salga el sol, y acostarse en el último rayo del día. Solamente una comida al día, luego de la larga jornada. En la mañana un vaso de mate, y nada mas. La comida solamente al acabar la larga y dura jornada. Y dormir hasta el alba.
Esa era la unica rutina. Todos los dias. Sin excepciones.
Aprendió a leer en la escuelita del pueblo. Pero antes de ir a la escuela debía ayudar un poco con la faena de la chacra.
Y al retornar de la escuela iba directamente al campo, a continuar la labor. Hacía las tareas mientras comía, con el resto de la familia.
Apenas hubo aprendido a leer y escribir, le prohibieron asistir a la escuela. "No te enseñarán nada mas de utilidad!"
Escapó.
Un buen dia de esos, cargando mil sueños en su alforja, huyó de su casa. Besó a su mamá en la frente y le dijo: Me voy a la capital.
Su mamá no le dijo nada. Solamente le hizo la señal de la cruz en la frente, le llenó la alforja con algo de maiz y queso,y se regresó a sus quehaceres diarios.
No le dijo nada a su papá. Ni tampoco a sus hermanos.
Salió de madrugada.
Caminó dos dias hasta la ciudad mas grande cercana a su pueblito. Y se fue para el mercado. Ahi se ofreció de cargador a un comerciante de verduras que tenía un camión. "Pagame con comida" le dijo. Apenas tenía 16, pero aparentaba de mas edad. Era la dura vida que llevaba lo que le habia hecho envejecer.
Al comerciante le hizo gracia. Ademas el muchacho era fuerte y silencioso. Hacia lo que le ordenaban sin chistar.
- A donde vas?
- Quiero ir a la gran ciudad?
- Y tus papeles?
- No uso papel. Hierbita nomas...
- Ja ja ja... Buena broma. Me refiero a tus documentos...
- No se que es eso...
- Menudo problema.... Mmm. Pero me has caido bien y creo que te puedo ayudar. En la ciudad J... hay un centro de reclutamiento para el ejército. Ahí te hacen los papeles así hayas aparecido sobre la tierra sin más ni más. Pero tienes que servir a tu patria por dos años. Luego tendrás tus documentos en regla y podrás ir a la capital, si eso es lo que quieres...
- Y cuando vamos para allá?
- Primero vendere todo lo que pueda acá. Y las sobras en el pueblito N... Y lo que quede en el caserio K... De ahí nos vamos para allá. Si quieres que te lleve, tendrás que chambear.
- Chambeare pues...
- Una cosa mas. A partir de ahora tienes 19 años...
- Pero apenas voy a cumplir 16
- No. Los menores de edad no viajan solos. Tienes 19 años y te llamas J.. Ibañez. Trabajas para mi, solo que perdiste tus documentos. Entendido?
- Entendí
- Entonces... Ni una palabra mas. A trabajar.

El viaje se prolongó por casi tres meses. Mil pretextos para esto. Cambio de ruta. Muchas lluvias. Comprar mercancia más barata. Y todo este tiempo solo recibia una magra ración. Pero lo peor estaba por empezar.

Cuando llegaron al lugar, fue recibido sin mucho entusiasmo. "Estos cholos se escapan con frecuencia" "Sin papeles? Ta jodida la cosa" Igual lo enlistaron y lo enviaron a un cuartel fronterizo.

Al llegar allá(luego de dos semanas viajando en un maloliente camión, con muchos muchachos que lloraban a cada rato) se percataron que él habia sido asignado a ese lugar por equivocación. Asi que era excedente. Por tal motivo tuvo que dormir en el calabozo (no tenia asignado una cama ni uniforme) y le daban una ración famelica. Además, los soldados que lo cuidaban lo maltrataban a diario. Asi vivió dos meses. Estaba al borde de la inanición, cuando llegó el técnico que lo llevaría a su cuartel real.
Pero...
Hubo un "accidente" en el cuartel de los comandos, y uno de los reclutas falleció. Así que necesitaban a otro para ocupar su lugar. Además, el fallecido era uno mas que había llegado sin datos reales que consignar.
Lo asignaron a este cuartel. Pero primero lo alimentaron para que no muera. Y empezó la masacre de verdad.
Dias enteros sin dormir. Dias enteroa sin comer. Abandonados en la selva por semanas. Abandonados en el desierto. Abandonados en el mar.
Solamente los valientes de verdad podrian sobrevivir a tamaño castigo. Y los locos.
No enloqueció. Sobrevivió. Y se hizo mas duro que el acero.
Al terminar el segundo año de servicio, era sargento y se fue de baja. Le dieron sus documentos.
Y se fue para la gran ciudad. Con las propinas que habia ahorrado (no era mucho) se presentó a la escuela de policias. La recomendación de su jefe ayudó.
Se recibió de policia.
En sus papeles figuraba 23 años. Solo él sabia que no era asi. Que recien tenia 20 años. Pero eso no importaba ya.
Conoció a una mujer de 35 años. Se enamoró. Se fueron a vivir juntos.
Tuvieron un hijo (ella ya tenía tres). Y un día la encontró con su vecino en su cama teniendo sexo frente a su hijo. Ella le gritó. Y le dijo que se largara. Y él se fue.
Su pequeño murió de neumonia antes de tener un año.

Ya no quiso saber nada de parejas o de hijos. Se dedicó en cuerpo y alma a su trabajo. Ascendió con rapidez. Lo asignaron a delincuencia juvenil, por el tacto que tenia para manejar a los adolescentes y por... no recibir coimas.

Nadie lo queria cerca. Era un policia honesto. Y eso no funciona.
Asi que, luego de 10 años de servicio fiel y honesto, fue dado de baja por "renovación de cuadros"

Asi que buscó chamba como guardia de seguridad. Le asignaron ser guardia en un centro comercial. "Super tranqui. Casi nunca pasa nada"

Hasta hoy. Ya era hora de cerrar. El era siempre el último en retirarse. Se le acercó un chibolo a preguntarle algo. No recuerda que. Solamente sintió la punzada y el inconfundible olor a pólvora. Pero lo redujo. Le quitó el arma y lo abatió. También a los cuatro mas que venían con él y que se le abalanzaron, creyendo que ese balazo lo había dejado fuera de combate.
Tontos. Una mueca parecida a una sonrisa en la cara de Ibañez. Recordó a Juan José. Muerto en un estupido accidente con su moto. A Pensy. La encontraron ahorcada en un hotel. Con moretones y quemaduras de cigarrillo. A El Kiddy. Acuchillado en prisión. Y a Lex Letter, muerto por sobredosis de heroina en un parque.
Y sentia que ellos estaban ahí. Y que él los había matado.
"Tenias razón Pen. La vida es una mierda. Todos la cagamos..."

Rebelde 4

El Kiddy. Nombre real: Raul Alberto. Edad 14 años. Oficio: sicario. Estado actual: disponible.
Nació y creció en el barrio más peligroso de la ciudad, donde el hampa campeaba, y donde los atracos, ajustes de cuentas y robos eran pan de cada día. Eran y son.

Hasta ahora nadie aún ha podido erradicar ese flagelo de la ciudad. La venta de drogas y los ajustes de cuentas son actividades muy lucrativas. Y no hay policía que se resista a una buena coima. Además, el sueldo de los tombos es tan bajo, que con una buena coima facil le triplicas su ingreso mensual.
Cuando nació su papá estaba en la cárcel. Le decían El Colorao, porque era el mas blanquiñoso de la zona. Ya había plomeado a unos cuantos, y también los había chaveteado. Pero siempre salía en libertad. "Por buena conducta" y ademas, casi siempre no se encontraban "pruebas fehacientes"  de sus delitos.

Su mujer, la mamá de El Kiddy, era "ama de casa", "Por algo trabajo" solía decir su papá, y además "yo soy el hombre de la familia, yo paro la olla!".
Gustaban de sentarse frente a la puerta de su casa, con sus vecinos y amigos, a libar licor al aire libre, con música a todo volumen. Y el Colorao gustaba de tocar las nalgas de su mujer a vista de todos (era la mas rica del barrio, eso decían).

Cierta vez uno de los recién llegados (no sabía de  la fama del Colorao) se puso atrevido con la mujer. Lo chaveteó ipso factum, en ese mismo instante, pero solamente la cara ("para que no se olvide el hijeputa ese"). No se supo nunca mas del tipejo ese.
Sus primeros juguetes fueron los "cuetes" de su viejo. Les hacía gracia como cogía el cuete y hacía el gesto de disparar. El Colorao hacía que se moría de un plomazo dado por el Kiddy. Y todos festejaban la ocurrencia.

Un buen día no regresó el Colorao. Y a su vieja se la llevaron los tombos. Luego de manosearla en publico y golpearla a gusto. El Kiddy pasó a ser cuidado por una tía (hermana de su padre) en una zona aledaña. La vieja era solterona y amargada. Nunca mostró el más mínimo apego por el chamaco, que apenas tenía 6 años de edad. Lo alimentaba con cerveza y comida enlatada, galletas y caramelos: "eso les gusta a los mocosos de tu edad" solía decirle. "Eres el más feliz de la tierra, así que ahora lárgate y dejame dormir". La tía tenía dos tienditas en el mercado, donde se vendía comida.

Obviamente ella no preparaba nada, ni vendía. Solamente administraba su plata. Era buena para eso. Y el Kiddy fue a la escuela. Aunque ya tenía 8 años, empezó inicial para aprender algo en esta vida. ("Y para que dejes de joder acá" repetía su tía con mucho cariño).
Como era el mayor del grupo, no tuvo reparos en masacrar a los mas chibolos, y además les metía miedo a los mayores ("te voy a plomear, hijeputa, yo aún tengo los cuetes de mi viejo" solía decirles a los más avispados, y todos huían en silencio... Nadie desconocía el nombre del Colorao)
Un par de años más, y los panas del barrio lo contactaron para una chambita: "eres bien avispado, chamaco. Necesitamos uno como Tú". Era para hacer de campana en un atraco.

No fue tan difícil. Solamente avisar que ya está todo OK. Y pararse en la esquina bien atento a que no venga la tombería.
Y le dieron su chela ese día. Y se embriagó. Y saltó y rió de felicidad.
"Oe Kiddy, tu tía guarda billete en algún lugar. Por qué no le tomas "prestado" algo?"
(Hmm, por qué no?, pensó el Kiddy. Total la vieja es jodida, y ni caso me hace.) Ya hace buen tiempo se había percatado del lugar donde guardaba los billetes la tía: en unos tarros de azúcar y harina. Vieja monse, creía que no se iba a dar cuenta.

Le sacó todo el billete que encontró, cogió su mochila y se largó así nomas. Total, con sus patas tendría una vida buena y divertida.
Con ese billete compraron un cuete a buen precio. Y se dedicaron a atracar. El Kiddy demostró su sangre fría cuando plomeó al guardian de un solo tiro, a quemarropa, sin sentiomiento de culpa. Hasta con una pequeña sonrisa de satisfacción.

Tenía apenas 12 años cuando hizo esto. Ahora tenía su cuete. Tenía billete. Y tenía un nombre, un digno hijo del Colorao: El Kiddy.
Primero fue un policia quien vino a pedir sus servicios: "Oe, necesito a alguien que plomee a este maricón. Se está levantando a mi mujer cuando me voy a la chamba. Y la conchesumad... se hae la huevona, y dice que no pasa nada, pero ya los descubrí. Quise golpearlo, quise hacer algo, pero jodo mi carrera. Acá tienes todo el billete que tengo, métanle bala a ese maricón"

Fue papayita para el Kiddy. El baboso entraba a la casa del tombo a escondidas, por un corral oscuro. El Kiddy lo esperó, y cuando estuvo a su lado, le metió un plomazo directo al corazón. Cayó casi sin gemir. Y como el calibre era pequeño la bala no salió. Lego arrastraron el cadaver al basural y se lo dieron a los perros vagabundos.

En la comisaria apareció su foto en la lista de  desaparecidos. Nada más.
Luego empezaron a llover las ofertas. El Kiddy era implacable, era temerario y osado. Y nadie osaba delatar su identidad.
Hasta que un buen día hubo una batida general en el lugar donde estaban festejando un nuevo atraco. No pudo esconder la pistola. Y lo llevaron con los demás, lo llevaron al área de menores.
Un tal Ibañez lo recibió.

Y en la misma jaula donde lo pusieron, trajeron a un pelucón fumón, que no era menor. Parecía conocido del Ibañez este, pues se quedó con su guitarra dentro de la jaula. E incluso se animó a tocar una canción bravaza, que nunca había escuchado jamás, pero era de lo mejor.
- Tócate otra Bro.
- Ahí nomas, chamaco. Parece que la noche está movida hoy, ya que traen a algunos mas...

viernes, 24 de febrero de 2017

Rebelde 3

Lex Letter. 23 años. Fumón guitarrista, hippie. Estado actual: vago. Nombre real: Alejandro Marcial. Apellidos: te importa?

Nació en una familia de clase media. Incluso algo acomodada. Fue a una escuela estatal en la primaria y la secundaria lo hizo en un colegio particular. Alumno regular mediocre. No destacó en nada. Ni en estudios. Ni en deportes. Ni siquiera en travesuras o en pandillas. Y ni siquiera repetía de año, aunque sus notas eran bajísimas, siempre aprobaba los cursos (a las justas) y lograba pasar de nivel.
Su mamá era maestra de inicial. Le inculcó el gusto por la lectura. Y también de ella heredó una excesiva sensibilidad. Su papá era obrero, que apenas si sabia escribir. Casi siempre estaba ebrio. Y solía golpear a su mamá.
Le gustaba cantar. Pero lo hacía a escondidas, ya que cierta vez, estaba cantando a viva voz mientras se bañaba, y su papá lo escuchó. Lo azotó hasta que sangrara, "esas son mariconadas, reconcha tu mad..." le gritaba. Y nunca mas volvió a cantar. Soñaba con tener una guitarra. Pero ni siquiera lo insinuó.
Terminó el colegio como uno mas del montón. Como uno mas de los sin futuro. De los que sobran. Asi que, como todos en el barrio, buscó un trabajo en cualquier oficio en la ciudad.
Un día intentó ser obrero, pero al caérsele un balde de mezcla al suelo (era debil de contextura) su propio viejo le propinó semejante puñetazo que le fracturó la nariz y lo desmayó.
Su mamá le consiguió trabajo en un grifo. Pero fue victima de un asalto. Y nuevamente su viejo lo masacro. Otra vez la nariz rota. También la frente y unas cuantas costillas.
Su madre también la pasó mal. Y sus hermanos, todos menores que él, también fueron azotados.
Después de esto su mamá se fue a vivir con su abuela. Ahí estaban sus tíos. Ellos propinaron tal golpiza a su papá, que el viejo desapareció. Dijeron que se largó a la montaña.
Mejor para todos.
Pero perdieron la casa (el viejo la habia hipotecado y no habia pagado, asi que el banco la embargo y la remataron). En casa de su abuela no habia mucho espacio. Vivian en un solo cuartucho su mamá, sus hermanos y él.
Uno de sus tíos le dio la solución. Enrolarse al ejército. Su mamá lloró dos noches enteras. "Te matarán" "Te pegaran" "Vas a sufrir" le decía.
Se fue. Pensaba que no iba a regresar...
Y así fue.

Al inicio el ejército no pintaba mal. Los golpes, la masacre diaria, y todas las pruebas de resistencia eran pan comido para él. No en vano había resistido con tanto estoicismo el maltrato y las palizas de parte de su viejo. Los golpes que recibía de los sargentos y suboficiales parecían caricias comparadas a las verdaderas tundas que le propinaba su viejo. Y que decir de los puntapiés de los oficiales. Hasta risa le daban. Lo mejor de todo es que había un trabajador civil que le gustaba cantar y tenía una guitarra.

Empezó primero cantando con el tipo exte, esas canciones cantineras de toda la vida, y las sonseras mojigatas romanticonas, que hacía que todo el mundo aplauda. Y aprendió a tocar la guitarra. Casi sin querer. "Tienes el don" le decían.

Fue una pequeña época feliz. No duró mucho, pues lo ascendieron a cabo y tuvo que ir con una patrulla al monte. Al mando estaba un alferez recién egresado, mas pequeño y flaco que todos, pero que se había aliado al suboficial a su cargo, que si era de temer. Habían hecho el curso de comandos juntos, y entre los dos había una química especial: les gustaba maltratar a todos por igual, sin motivo o razón, solo para pasar el rato.

Llegaron de noche a una comunidad nativa. Los nativos los tomaron por narcotraficantes y se abalanzaron contra ellos, hiriendo con una lanza al suboficial este. Fue una cosa terrible. Mataron a todos, incluso a niños, ancianos, mujeres, y redujeron todo a cenizas. No se salvó nada. Al menos eso creyeron.

Cuando regresaron felices al cuartel, los esperaba la policía militar. Todos fueron tomados presos. Se había escapado uno de los nativos y fue a contar lo que sucedió a los medios de la prensa, que por alguna razón estaban visitando una comunidad cercana (era por un documental). Fue terrible. Las imágenes de cuerpos calcinados, con orificios de bala en sus cráneos era terrible.

El alferez y el suboficial fueron presos, también los sargentos. Al resto de la tropa les dieron de baja, y le hicieron firmar una hoja en blanco antes de salir. "Dices algo sobre lo sucedido, y por la rechonche  tu mad.. que te buscamos y te hacemos pagar"

Regresó a la casa de sus abuelos. Su mamá se había ido con otro profesor a trabajar a un pueblito alejado. Sus hermanos habían crecido un poco, y se habían habituado a los abuelos. La mamá les enviaba un poquito de plata para que los mantengan. 

No tenía nada que hacer allí. Se fue a buscar trabajo en cantinas y bares, con gente que había conocido. Lo recibieron de buen grado (los lazos de amistad son para siempre, mi hermano!). Apenas pudo juntar algo se compró una guitarra, y se dedicó a componer su propia música y canciones. Pero a nadie le gustaba lo que cantaba. Todos querían escuchar las músicas bobas de la radio, o esos estúpidos boleros que solamente hablan cojudeces.

Integró una banda en un restaurante. Cantaba hasta el amanecer, hasta quedarse sin voz. Y la paga era mala, insuficiente para sobrevivir. Consiguió trabajo de guardián por las noches (así tenía donde dormir) y de día se bandeaba cantando en las plazas, en las calles y en los micros. Y no le iba mal, cuando cantaba las estupideces que a la gente le gusta escuchar. Pero, solo bastaba que empezara a cantar una de sus propias canciones, para que la gente se largue, e incluso que lo mande callar.

Se hartó. La marihuana le traía paz y tranquilidad. Y encontró un albergue donde unos ancianos le regalaban de sus platos para que pudiera comer. Y ellos si le escuchaban con atención (quizá porque estaban sordos, o quizá porque no tenían otra cosa que hacer).

Consiguió mil maneras de conseguir plata fácil. La mas sencilla de todas era la de cantar en las cantinas. Los borrachos te dan toda su billetera si los haces llorar. Te abrazan. Te besan. Solamente quieren escuchar esa horripilante canción que los hace ponerse sentimentales. Y bueno, a veces se quedan dormidos, y con el dueño del local, miti miti, lo de las billeteras y todos en paz.

Pero a veces pasaba las noches en una celda. Era cuando había batidas en las calles, y él se había fumado un porro y estaba "amor y paz", "volando en libertad". 

Siempre lo dejaban salir:
- Cantate un bolero, Lex.
- Si, un cortavenas, que mañana es el cumpleaños de Ibañez.
- Y ese es un tarado sentimental...

Lex Letter, así se hacía llamar. No tenía un techo, solamente llevaba un pequeño morral, donde estaba toda su vida, y su guitarra, donde llevaba su alma y su historia, que nadie quería escuchar.

- Hazte a un costado Lex, que te traemos compañía...
- Y este quien es?
- Juan José, otra joyita. Y esta vez a destrozado un cajero automático...
- Déjame salir, mal parido!! Déjane salir triple hije puta!!
- Tranquilo, bro... Mejor relájate y duerme un poco, que estás bien mamado...
- Triple hije puta!! Ya veran... mañana tendré billete de nuevo.., ya verán... Esteee, me llamó Juan José, y tú?
- Lex Letter.
- Y esa huevada? Acaso cantas?
- Depende...
- Asuu.. osea eres filósofo... ja, ja ja...
- Que quieres escuchar...
- Cualquier huevada, bro... Total, cualquier mierda es mejor a estar acá....

jueves, 23 de febrero de 2017

Rebelde 2

Pensy López, edad 17 años. Nombre real Penélope Díaz. Ocupación ramera. Estado actual: libre.
Nació en una familia de clase baja. En la barriada mas pobre de la ciudad. Tuvo muchos hermanos más, tantos que ya casi no los recuerda. Ya los olvidó. Mejor así para ella.
Fue violada por primera vez a los cuatro años. Y fue su papá.
Luego fueron sus hermanod mayores. Y luego los vecinos.
Solo sentía dolor y gran amargura por lo que le pasaba.
En uno de sus cumpleaños le regalaron una muñeca de trapo. Y esa misma noche también la violaron. Y mancharon su muñeca con semen y excremento. No lloró. Sabia que su amiga, la muñeca, ahora también era su compañera de "trabajo". Supo esto pues alguna vez sorprendió a su mamá negociando con un cliente del bar cercano a su casa. El pago por los "servicios" de la "niña" eran especiales. Era casi "virginal". Le causó gracia ese apelativo: virginal. No sabia lo que eso significaba. Apenas sabia leer. En el colegio solamente asistía para jugar con las otras niñas del barrio. Todas pasaban por casi la misma historia. Ya ninguna lloraba. E incluso se atrevían a ofrecer a los muchachos sus "servicios" por un chocolate o una bebida. Y asi fue pasando su vida en el barrio dond3 nació y creció.
Todo cambió a los 12 años. Quedó embarazada. Habia sido objeto de tantos ultrajes que no sabía quien era el padre. Si es que eso podía ser asi. Nunca menstruo. Solamente quedó embarazada y punto. Pero producto del "trabajo" al que era sometida sufrió un aborto.
Casi se muere.
Tuvo suerte de haber estado en el colegio cuando empezaron los dolores atroces y cuando empezó a sangrar. Se desmayo y despertó en el hospital. Solamente estaban algunas de sus amigas y una policia joven a su lado. De su mamá, o su papá, o alguno de sus familiares nunca supo nada más.
La examinaron mil veces. La desnudaron. Le tomaron fotos en todas las posiciones. Incluso de sus genitales. Se sentía avergonzada. Pero estaba tan debil y cansada que ya ni siquiera podía oponer resistencia.
Le hicieron mil preguntas. No recuerda que respondió.
Sus amigas del colegio tampoco regresaron. Nadie mas vino a verla. Solamente Ibáñez venía. Y de vez en cuando le decía quw todo iba a eatar bien.
Ibañez era el sargento encargado de su caso. Ya tenía cierta edad. Un viejo a los ojos de Pensy. Pero era un policía que se tomaba su trabajo en serio, con mucha, excesiva responsabilidad.
Le asignaron el caso de Pensy López. Tambien él se acostumbró a llamarla así. Encarceló a sus padres y a casi todos sus hermanos. Fueron a parar a correccionales, albergues o prisión según su edad. Pero no le dijo nada a Pensy. Tampoco sobre los cadaveres de sus hermanas que encontraron enterrados en el corral de la pocilga donde vivían. No le dijo nada. Tampoco ella preguntó.
Pensy Lopez. Al inicio se cambió su nombre Penélope a Penis López. Le causaba mucha gracia y reia a carcajadas con sus amigas cuando contestaba que asi se llamaba.
Con el tiempo se dio cuenta que era muy hiriente. Así que hizo un pequeño juego de letras y pasó a llamarse Pensy López. Incluso sonaba sofisticado el nombrecitp este.
Fue trasladada a un albergue especial. La trataron especialistas. La curaron. La alimentaron.
Apenas tuvo fuerzas escapó. Y consiguió dinero rápidamente. Y la capturaron. Y nuevamente fue encerrada. Esta vez era una correccional.
Decidió quedarse ahi. Total. Le daban todo de gratis. E incluso la cuidaban. Solamente que debia hacer todas esas "estupideces" que les enseñan a las "niñitas" de su edad.
Ahi probó por vez primera la marihuana. Era genial. Se sentia libre y volaba en libertad.
Pero tambien la castigaban. Y tambien la violaron. Y a sus amigas. Pero esta vez era brutal. Las cuidadoras gozaban azotandolas. Introduciendoles aparatos pos sus genitales y por sus anos. Y las grababan. Y se veia que gozaban con todo aquello. Sus risas de placer y satisfacción contrastaba terriblemente con los gemidos de dolor e impotencia de sus amigas.
Ella se quejaba también. Pero solamente para evitar ser lastimada en exceso. Pues a las que se mostraban valientes las torturaban hasta la perdida de la consciencia.
Pero... No era de todos los dias. Unicamente los domingos por las noches. Algunas tuvieron la osadia de quejarse. Mala idea. Les fue peor. Incluso una de ellas nunca mas volvió a hablar. No eran humanas. No eran animales. No eran nada. Solamente unos simples objetos de desecho que la sociedad había expectorado y que ahora estaban a merced de sus celadoras.
Asi pasaron algunos años. Fue curtiendo su cuerpo. Desterro de su memoria cualquier sentimiento. Eliminó el concepto de dolor.
Al cumplir los 17 años ya era la lider inobjetable de todas las reclusas (o internas como les gustaba llamarse). Y decidió tomar venganza. Pues a los 18 pasaria a una prisión normal. Ese era el camino. No esperaba la libertad. No la deseaba. Se sentía mucho mejor en este sub mundo que existia a vista y paciencia de todos, pero que todos negaban.
Logró inducir a una "orgía" a las malditas torturadoras. Las drogo. Le había tomado mucho tiempo ganarse su confianza. Una vez drogadas, les inyectó una pequeña cantidad de una solucion con orina y heces cerca al cuello. No tenia mucha habilidad. Pero lo hizo. No logró colocarles en la vena ni en la garganta (ese era su objetivo). Y las jeringas que consiguieron eran sumamente pequeñas (para insulina) asi que la cantidad fue minima. No logró el efecto deseado. No murieron. No. Y tampoco enfermaron, como ella queria,no fue asi. Pero sin querer, les puso una bomba de tiempo que, al primer refrio hizo explosión. Todas murieron lentamente. Sufriendo por meses sin que los medicos dieran con la causa de su enfermedad.
Se pudrieron por dentro.
Pero eso se enteró ya estando en libertad.
La dejaron ir. Ya no tenia razón de estar presa. No habian delitos. El sargento Ibañez le consiguió un pequeño cuarto de alquiler y un trabajo en la cocina de un lugar donde el frecuentaba.
Pero volvia a reincidir. Sabia que se podia conseguir dinero facil en la prostitución. Y tambien era facil robar a los borrachos que se dejaban timar.
Cayó varias veces. Y varias veces Ibañez le hacía prometer que no lo volvería a hacer.
- Son unos malditos esos hijeputas Ibañez! Engañan a sus mujeres. Y se jactan de que estafan a medio mundo! Yo solamente les robo. Y nada mas. Nunca los lastimo. Pero ganas no me faltan, Ibañez...
- Igual es un delito, Pen. No lo vuelvas a hacer. No lo hagas mas muchacha. No la cagues...
- El mundo es una mierda Ibañez. Todos la cagamos y ya....
- Y me lo dices a mi...
- Y ese? Quien es?
- Otro "caso especial". Se llama Juan José.