domingo, 22 de enero de 2017

Fiebre y escalofríos...

Dime por qué dueles? dime que es lo que quieres?
Solo quiero abrigo, antes de morir de frío..
Pero... estás que hierves, eres de lava ardiente un río.
Aún así siento el invierno, que es como un helado infierno.
Mis huesos crepitan en silencio, mis sienes explotan por momentos.
Hay fuego en la mirada, siento al mundo en desconcierto.
Quisiera una bebida helada, que saciara mi sed por completo.
Pero mis pobres congelados huesos, no sienten consuelo en el sol ardiente,
Y el sudor que baña mi cuerpo, no apacigua en nada a mi piel caliente.

Tengo calor y muero de frío, quiero una bebida helada y un te caliente.
Siento que al mismo tiempo lloro y río, y mil imágenes se agolpan en mi mente.
Ahí estoy yo, al filo de abismal pendiente, sujetándome de pies y manos,
Tratando de no resbalar y caerme, aunque el mundo entero sigue girando...
Pido a viva voz que alguien me ayude, que alguien acuda en mi auxilio,
Pero de mi garganta sólo hay gemidos, y palabras confusas del delirio...

Vete ya, déjame tranquilo... Ya estuvo bueno de tanto martirio...
Ya ni siquiera se, si muero o vivo, o si seguirás tu tortura conmigo.
Basta ya, dame un respiro... Que podrán ser el corazón y el alma fuertes,
Pero este pobre barro pensativo, no tolerará mucho más tiempo tan fatal suerte...
Un segundo de paz y calma, eso es todo lo que te pido,
Para poder sonreír y besar a todos los que he querido.
Luego podrás tomar con paciencia mi último suspiro,
Pues gustoso marcharé al infierno, si es así tu deseo, de la mano contigo...

Dime a dónde vas...




Dime buen velero, dime a dónde vas...
No ves acaso que una tormenta, se acerca ya?

Soy un marinero, que feliz cantando va,
enfrentando sus miedos, y respetando al mar.
Seré duro y fiero, curtido en el sol y la sal,
Pero en el fondo quiero, regresar sano a mi hogar.
No me intimidan los vientos, ni el furioso temporal,
Ni el arduo trabajo, ni un final fatal.
Yo se que dependo, de un compañero leal,
Que junto conmigo, siempre ha de navegar...

Dime marinero, dime a dónde vas...
No quisieras a tierra, pronto regresar?

No soy simple marinero, yo soy su Capitán!
Y por tamaña afrenta, lo voy a sancionar.
El timón en mis manos, siempre estará.
Yo dirijo el barco, lo guío en el vasto mar
Y conmigo a salvo, todos han de estar.
No le tengo miedo, al frío o a la soledad,
Pues en este momento, soy Yo el Señor del Mar!

Dígame Capitán del velero, dígame a dónde va...
Es acaso necesario, enfrentar a este temporal?

Soy el Almirante, de toda una gran flota ya,
Y conmigo a mi mando, vamos todos a navegar,
Buscando al adversario, para en combate singular,
En la gloria o la muerte, entregar nuestras almas a volar.
En el cielo o el infierno, nos iremos a encontrar,
Y quizá en ese momento, podremos descansar.
Pero ahora es tiempo, de empezar a batallar,
No se duerma marinero, que el combate empezó ya!

Dígame mi Almirante, dígame a donde va...
Acaso no ha sido suficiente, ya tanto batallar?

No soy almirante mi amigo, un simple pescador nomás,
Que junto a sus hermanos, nos hicimos a alta mar,
En busca de grandes peces, de atunes y calamar,
Para llevar el alimento, a la mesa de nuestro hogar.
Solamente yo quiero, sano y salvo regresar,
a mis hijos y a mi amada, para poderlos abrazar.
Guía Dios a mi nave, guíala en seguridad!
No permitas que encalle, o que se pueda voltear.

Dime pescador amigo, dime a dónde vas...
No ha sido tiempo suficiente, estar en alta mar?

Qué pescador ni ocho cuartos, de un palo lo voy a colgar,
Por no poder a un Señor Pirata, diferenciar de un simple mortal.
No ves acaso la Jolly Roger, en el palo mayor flamear?
Surcando voy los siete mares, para mil botines tomar,
Y al mismo demonio en el infierno, si es necesario he de enfrentar.
No tengo Patria, no tengo tierra, pero tengo mi libertad,
Mi palabra es ley a mi manera, y es lo único que has de escuchar.
Vamos piratas, por los mil demonios, al abordaje ya!
Que su cuota de pólvora y sangre, la muerte acaba de reclamar!

Dígame Señor Pirata, dígame a dónde va...
No son acaso suficientes, los tesoros que acaba de tomar?

Soy un pirata, soy un bandido, soy un ladrón de alta mar,
Pero este no es un velero, sino tu alma que surcando va,
Por los mares de tus sueños, en la apasionada inmensidad,
Con velas que alzan vuelo, para volar en libertad,
Sin cadenas que te atrapen, a este mundo terrenal.
Y al timón de este velero, un magnífico capitán está
Un lobo de siete mares, de indomable voluntad,
Que siempre ha caracterizado, a los valientes de verdad.
Soy tu corazón enamorado, que se enfrenta a cualquier tempestad
Pues siempre me acompaña, la fuerza de un amor de verdad!

Dime mi corazón enamorado, dime a donde vas...

Voy en busca de mi amada, y seguro estoy, que la he de encontrar...

Un año en el portal: «La voz del alma»

«Mírame a los ojos, no temas, no te lastimaré
eres lo mejor que me ha pasado» te lo repito como siempre.
Me respondes: «¿Otra vez con esa frase tan trillada?
¿Dónde está el poeta que se inspira con la presencia de su amada?
¿Dónde están los versos puros y hermosos que fluían
cual catarata de pasiones de tus labios con voz apresurada?
¿Dónde las canciones que cantabas, a la vida, al amor?
¿Dónde quedó el juglar latino al que tanto amaba?»

Te miro y me sonrojo. Sonrío nuevamente, y bajo la mirada.
Eres tú y solamente tú quien ha notado en mí los cambios,
que poco a poco en mi andar cansino están pasando.
No quiero admitirlo, pero yo no se desde cuando
he ido dejando de lado la voz del alma que me dictaba
los versos que, a través de mi boca, mi pluma cantaba.

«No te pongas triste, todo pasa por algo — me dices  con cariño—
Verás que pronto serás el mismo de siempre, no lo dudes,
Ten fe en ti mismo, en tu suerte y en la fuerza de tu destino,
Que Dios sabe premiar a aquellos que no se abandonan
a la suerte de la vida y siguen firmes en su camino.
Sólo te pido una cosa, nunca pierdas tu alma de niño.»

Con tus tiernas manos has cogido mi mentón, y con suavidad
has logrado levantar mi rostro hacia el tuyo, me miras
como solamente tú puedes hacerlo, y logras que sonría.
Mi alma se alegra,  mi corazón celebra tu presencia,
los versos en mi boca son nuevamente frescos y libres
vuelan hacia el infinito en un festival de risas y armonía.

Mi caminar por esta vida está marcado por la dicha
de tenerte siempre conmigo, mi musa eterna,
te repito nuevamente: «¡Eres lo mejor que me ha pasado!»
no importa que sea un verso tan trillado,
estoy infinitamente feliz por lo que la vida me ha dado,
más feliz aún por que en este camino estarás siempre a mi lado.

Amor virtual...

— ¿Crees en el amor virtual, poeta?

Me haces esta pregunta, mientras curiosa revisas el monitor, leyendo una que otra historia. Amor cibernético, amor virtual, amor en la red, amor para todos, páginas de citas, salas de conversaciones en línea, y mil cosas más...

¿Puede el amor ser transmitido por las ondas invisibles de la red virtual? A mi cabeza llegan imágenes de siglos de historia, cuando el amor recorrió el mundo entero en sobres con letras escritas en un papel, cuando se hizo imágenes y llevó el retrato de la persona amada hasta el lugar del destino final. O cuando aparecieron las grabaciones, de la voz y de las imágenes, y se pudieron transmitir a través del espacio hasta llegar al destino de aquel o aquella que, impaciente, espera ese caluroso mensaje de amor sin igual....

— ¿Qué pasa, poeta? ¿Otra vez perdiste la locuacidad?

Sonríes coqueta, mientras me interrogas con picardía al ver mi seriedad. Suspiro profundamente, y tomando tu fino mentón en mis manos, te miro complacido, mientras digo:

— El amor rompe barreras, mi musa amada; y conquistará todos aquellos lugares, hacia donde los sueños del hombre, lo han de llevar...

Soñador

Caminando por la vereda, en una tibia tarde de verano, disfrutando de la suave brisa, y de la imagen de fantasía que me muestran tus cabellos al viento, adornando tu hermosa sonrisa, mi corazón va cantando y mi alma disfrutando de singular compañía. En eso te detienes, y, mirándome coqueta, me preguntas:

— ¿Cuál es tu sueño máximo, poeta?

Tu mirada es de una niña traviesa, que me invita a volar hacia las estrellas. La calidez de tus manos tersas, el latir de tu pulso en las venas, el pequeño temblor de tu piel entera, me llevan a un mágico mundo, donde el amor y los ensueños imperan...

Suspiro profundamente, y mi mente vuela: «Mis sueños, mis sueños... »

Soy un soñador desde que tengo razón de mi existencia. Siempre soñé con encontrar a mi princesa. Soñé con viajar a lugares de ensueño, soñé con dormir al aire libre, bajo las estrellas. Soñé que disfrutaba de una buena lectura, bajo un árbol, a la orilla de un lago o de las playas en la arena. Soñé que surcaba mares y caudalosos ríos,  y que conquistaba alturas en majestuosas montañas. Soñé que jugaba a ser Dios, arrebatando de las garras de la muerte a personas enfermas. Incluso soñé con estar en una guerra. Soñé con ser poeta, y convertir mis pensamientos en versos o musicales letras. Soñé con caminar a tu lado, mi princesa, y contarte todos mis sueños, y compartir contigo mis letras...

Mas ahora me doy cuenta, que ya he realizado mis sueños que alguna vez tuviera, y que si bien es cierto, hay mucho camino por delante, siempre estaré feliz, por tenerte a mi lado cerca.

Me acerco a tu lado, te tomo de las manos, y sonriendo como siempre, te digo:

— Mi máximo sueño, mi princesa amada, es que sigas a mi lado, y que juntos soñemos todo de nuevo...

Reyes Magos...

Tres caminantes en silencio
perdidos en el espacio y el tiempo.
Van en busca del Rey de Reyes
Y lo siguen buscando por dos milenios...

No hay estrella que marque el sendero,
No hay descanso para los viajeros.
De los presentes, hay un vago recuerdo
Que navega a la deriva, en el olvido eterno.

Fue una quimera? O quizá un sueño?
Existió acaso aquel maravilloso pequeño?
Dudan si es verdad que lo vieron,
O si todo fue sólo, un encantamiento...

Llevan recorriendo el mundo entero,
Han visto muchos bellos pequeños;
Pero también mucho sufrimiento,
Envidia y rencor, muerte y tormentos.

Dónde quedó el sueño de un mundo nuevo?
Equivocaron quizá al prender el incienso?
No fue por oro que masacraron a pueblos?
Y ya no queda mirra para tantos muertos?

La triste madre, recibe sus lamentos,
Pobres magos, deambulan en desconcierto.
Siguen soñando con un mundo nuevo
Que en hermoso sueño, les prometieron...

Te amo porque ...

- Poeta, me amas por mi belleza?

Me preguntas, mientras coqueta, arreglas tu esplendorosa cabellera, y tus preciosos ojos color caramelo, me llevan en un viaje al mismo cielo. Te alejas un poco de mi lado, y haces unos movimientos sensuales, mostrando las exquisitas formas de tus curvas ondulantes, que me invitan a una lujuria sin reservas...

Ríes, mientras juegas con mostrarte insinuante y hasta perversa. Sabes que tus movimientos, tus gestos y tu sola presencia, pueden despertar en mi, los deseos más bajos y los sueños mas puros, puedes desencadenar una sinfonía de versos y de cantos, que inunden mis pensamientos y hagan volar a mi espíritu, como también un volcán de pasiones, que hace que literalmente todo explote por dentro, desbordándome por completo..

En eso, de manera abrupta, bajas la mirada, y muy seria, mirando al suelo, y casi con tristeza, me dices: «Dejarás de quererme, poeta, cuando me vuelva vieja, arrugada y fea?»...

Quedo mudo, en silencio por un segundo que se hace eterno. «vieja, arrugada y fea... vieja, arrugada y fea...», estas palabras retumban en mi cabeza, y hacen que mi mente estalle de cruel manera. Me acerco lentamente, y te cojo de las manos, acerco mis labios a tu rostro, y te susurro casi en silencio, pero trato de ser claro:

- Los años pasarán, mi pequeña traviesa. El tiempo no perdona a nadie, y también nuestros cuerpos envejecerán, no hay que dudarlo siquiera. Hoy eres una joven bella, y mañana no será así, pero también tendrás la belleza, que solo dan los años a su manera. Y quien ha dicho que hay fealdad en la vejez? Las arrugas acrecientan la belleza, y la madurez hace mas exquisita a una fruta cualquiera... Pero incluso siendo así, que por alguna razón perdamos la física belleza, no te dejaré de amar, pues yo te amo a ti, de cuerpo y alma desde la vez primera; y no te dejaré de amar, así sea el fin del universo y de la tierra...