La vida era simple, corría
Como un riachuelo en la pradera
Con aguas diafanas y gotitas saltarinas
Que va despertando a plantitas
Y animalitos en las riberas
Era feliz, en extremo feliz
En la simpleza de mi vida
O, por lo menos, eso creía
Sucedió una tarde cualquiera
Llegaste a mi pradera, a mi vida
Sin pedir permiso, sin previo aviso
Un huracán que causó un cambio
Tan radical que ya nada fué
Cómo era antes ... Y volví a sonreír
Era una sensación de felicidad
Extraña, visceral, rara
No podía comprender lo que
Me estaba pasando, solo sentía
Y disfrutaba de la vida
De una manera distinta, muy distinta
Nos encontramos
Estábamos buscándonos
Y no lo sabíamos
Nos dimos cuenta que
Era nuestro destino
Teníamos que habernos encontrado
Hace siglos...
Fue una sorpresa
Terrible para mí
Saber quién en realidad eras
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