Cuál ironía del destino
Tuviste que torcer mi camino
Y ahora sólo sé amarte
Me miraste y caí en un abismo
Del cual ya no puedo escapar
Igual, yo me quería quedar
En ese precioso laberinto
Que hago si no me dejas de mirar
Con esos negros embrujados
Ya no puedo ni respirar
Y ahora extasiado
Ya no dejo de soñar
Porque de ti me he enamorado
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