jueves, 7 de agosto de 2025

Poema 1834

Las calles, bulliciosas, llenas de vida
Se ven tan solitarias a mis ojos
Las veredas son de cardos y espinas 
Me cuesta poner cada paso en ellas 

La gente, a veces amable, muchas otras
Indiferente, apurada, agresiva
No las veo, no las siento
Me pasan la voz, respondo
De una manera u otra

La ciudad bulliciosa es un cementerio 
Caminan por ella otros muertos
Miro al piso, solamente busco
Una señal que me diga basta 
No quiero seguir más, pero mis pies
Me llevan sin pedir permiso 

La noche cubre la ciudad
Con una manta impenetrable 
De dolor, de angustia, de soledad 
Enciendo un cigarrillo
Había dejado de fumar hace tanto
Que el sabor a tabaco me pica en los labios
Pero igual me mantiene despierto 
Es lo que quería, es lo que busqué 

Sigo a mis pasos
Que no saben a dónde van
La ciudad me abandonó 
La noche me cubre por completo 
Bienvenida la tranquilidad 

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