Al fin se liberan y se abren paso a empellones empujando
Al loco que se agita y agita sin parar, lograndolo esquivar
Y abren sus alas en las ondas musicales de una noche etérea
Surcan las olas de la vida surfeando magistralmente sin parar
Se mezclan con las gotas y la espuma
Se estrellan en las rocas y se pierden
Entre los granos de arena mojada de la playa
Se vuelven diafanas y se elevan por los aires
Se mezclan con las gaviotas en ese vuelo infinito
Llegan al horizonte, besan el océano, el cielo y el sol que se va a dormir
Regresan un rato a los bosques otoñales
Se mecen en las hojas doradas que graciosamente caen
Persiguen a los caminantes de las veredas vespertinas
Van detrás de besos y caricias, juguetean en el agua del estanque
Y cuando la noche al fin cae
Son llamadas por la luna y las estrellas
A la sinfonía eterna de la cuna de la vida
Mi alma busca esas letras, ya no las encuentra
No me pertenecen, ya no son mías
Pero las vuelvo a encontrar en mis sueños
Aquellos dónde además estás tú, mi musa amada ...
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