Te acercas lentamente hacia mi, sin bajar la mirada
Siento cómo el calor de tu cuerpo altera mi piel
Soy un manojo de nervios, de nuevo
Las rodillas tiemblan, la respiración enlentece
Mi corazón es un loco desquiciado en el pecho
Mis manos no saben qué hacer ni adonde irse
Hola poeta - me dices con una sonrisa
Me miras como solamente tú sabes hacerlo
Me dejas sin defensas, me abordas
Tomas mis manos y, sin clemencia
Me conquistas otra vez, sin resistencias, de nuevo
No alcanzo a oír mis palabras, torpes, dubitativas
No alcanzo a ver tu reacción aunque oigo que ríes
Mis ojos se nublan al sentir mis manos las tuyas
Y mi corazón se va con mi alma a algún lugar
Que aún no conozco, pero del cual no quiero regresar
Aquí me quedo....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario