miércoles, 9 de julio de 2025

Poema 1487

Despierto en mi cueva
El cuerpo está frío, helado
Pero no siento nada

Ya sé, otra vez regresé 
No hay nada acá, solo silencio
Y una oscuridad absoluta

Chasqueo los dedos
El sol viene presuroso
E ilumina todo

El universo se ve genial
Los planetas saben que
Dependen de mi deseo
Por eso tratan de no 
Llamar mucho mi atención 
También saben que
Mi indiferencia los acaba

Estiro los brazos con pereza
Y también las piernas 
Golpeo un pie en el suelo
Que retumba como un cataclismo

Ante mi se presentan todos
Nadie me mira, ninguno
Sobre todo el magullado Cupido 
Ya no intenta curarse
Frota sus manitas ansioso
Me causa ternura

Lo llamo
Se acerca y empieza a temblar 
Algo? Pregunto con desgano
Aunque se su respuesta
Cierra los ojos esperando mi ira 
Al contestar "nada"

En esta ocasión no hago más nada
Solo me levanto con desgano
Y llamo al tiempo 

Nadie se presenta
Volteo y veo que todos tiemblan
Mi ira suele ser terrible
Dónde está? Pregunto

Cupido, por estar más cerca
Tartamudea
Dijo que no podía detenerse
Que los multiversos dependen de él...

No lo dejo terminar
Estiro mi brazo y se abre una especie de portal 
De donde regresa con el tiempo
Tomado del cuello

Todo se detiene
Los dioses y demonios delante mío
Están inmovilizados
Las estrellas se detienen
La vida y la muerte se detienen

Nunca! Nunca debes desobedecer!
Gritando esto estampo a tiempo 
De cara contra el suelo
Intenta resistirse y lo hago de nuevo
Se queda quieto, muy quieto

No
Aún no debo deshacerme de ti
Digo

Lo levanto
Me mira con ojos llorosos 
Está de rodillas, me repite
Nunca más, nunca más 

Una cachetada le devuelve la cordura
Una orden

Ahora me llevas a ese momento 
En qué aún ella estaba en la tierra

No hay comentarios.:

Publicar un comentario