Es un pecado, lo sé
Pero acepto la condena
No encontré nada mejor
En ninguna de mis vidas
Y no la encontraré
Me jacto de ser rudo
Duro como una roca
Fuerte como un roble
Persistente como un río
Paciente como el océano
Pero contigo no pude
Perdí todo eso que tenía
Se fue entre mis manos
Como la arena se cuela
Entre los dedos de una mano abierta
Lloré como un niño
Al saber que te perdí
Mucho antes de siquiera
Haberme acercado a ti
Lloré en silencio, como debe de ser
Sin contarle a nadie mí dolor
Sin compartir mis penas más que
Con el silencio y la noche
Con el universo que en silencio
Me decía: es tu castigo
Héme aquí entonces de nuevo
A unos pasos del abismo
Se siente el olor del infierno
Mas no tengo miedo
No puede ser peor que haberte perdido
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