viernes, 29 de agosto de 2025

Poema 1943

Hay una llama que no se apaga
He intentado extinguir el fuego
No lo he logrado, mil veces
La he atacado con lo que sé
Que podría apagar las llamas
He fracasado tantas otras
Y ahora solo espero que 
Sea el tiempo el que se encargue
De enfriar este infierno que
Me está carcomiento
Desde muy adentro

Quién mantiene vivo el fuego?
Es una pregunta que me hago
Con más frecuencia de la que quisiera
No sé cómo se prendió, solo sé
Que sigue ahí, quemándome 
En lo más profundo de mi pecho

Y, en medio de esas lenguas de fuego
Hay dos mortales estrellas
Seductoras, inclementes
Que me miran y disfrutan 
Con mi tormento

Por qué tuviste que mirarme?
Para qué hizo la vida que
Te atravieses en mi camino?
Era solo para hacerme sufrir?
Era necesario todo eso para escribir?
Si ni siquiera son poemas estos?

Nunca lo entenderé
Por lo menos hoy, no lo entiendo

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