martes, 19 de agosto de 2025

Poema 1892

 Un mar de rosas rojas, es lo que el pintor regaló a su amada
Pero para hacerlo tuvo que vender todo lo material que tenía
Solo para conseguir un encuentro con ella en una tarde
Las rosas se marchitaron, la amada partió, y el pintor quedó
En la absoluta miseria y soledad, aunque en su corazón
Siempre quedó grabada la bella sonrisa de aquella
A la que amó con locura y por la cual convirtió su vida
En un mar de rosas rojas, y un recuerdo en una canción

Esta es una historia antigua, cantada en bellas melodías
Y me recuerda siempre la locura del amor
No te traje rosas rojas, no. Tampoco tengo cuadros para vender
No soy un pintor, ni un artista siquiera, tampoco tengo
Bienes materiales de aceptable valor, mi vida entera
Se resume en experiencias, vivencias y otras tantas locuras
Sobre todo de amor. Te las he entregado todas, plasmadas 
En torpes letras que soñaron con ser versos, son tuyas
Porque has sido y eres la única dueña de mis sueños de amor

No tendrás rosas rojas, ni cuadros deliciosos, ni canciones bellas
Tampoco palacios y joyas, nada de eso podré darte
Solamente mis letras y mis sueños alocados que son tuyos
Nada más y mi infinito amor, todo es tuyo, te los doy

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