Al lado del poderoso mar, me sentí pequeño, insignificante. Ha estado ahí por milenios, imperturbable, inclemente, indómito. Y seguirá haciendo su labor miles de años más después de que haya partido.
Sentado a la orilla, cai en cuenta que incluso el poderoso e inmenso océano alguna vez fue nada, se formó de una u otra manera y, con el paso del tiempo, tendrá un final junto con nuestro planeta y nuestro sol, y quizá todo eso no perturbe un apice al universo.
Entonces, que somos nosotros? Para qué tanto y tanto esfuerzo?
Hoy celebramos el viernes santo, muchos recuerdan el suplicio de un ser que, amado y odiado, celebrado y criticado, ha sido capaz de marcar un antes y un después de nuestra civilización, influyendo por igual a malos y buenos. Y logró todo esto por un solo mandamiento: ama a tu prójimo como a ti mismo.
El mundo es hoy, y lo ha sido por milenios un infierno. Hay gente mala por todos lados, nos gobiernan mentirosos, déspotas, tiranos que se aprovechan de las circunstancias. Estos mismos que se golpean el pecho frente a ídolos de madera y yeso, no dudan en apretar el gatillo para matar inocentes y apresar a indefensos, protegiendo a sus cómplices y hermanos de rapiña.
Y el dinero y los bienes materiales gobiernan los sueños y deseos de casi todo el planeta. Muchos estamos dispuestos a cambiar nuestras conciencias y almas por un puñado de monedas, porque la sociedad exige que debes ser exitoso, así tengas que pisar muchas cabezas en el intento.
Es nuestro objetivo inmortalizar nuestro nombre, nuestra imagen, nuestro legado?
A mí mente vienen algunos fácilmente indentificables: Jesús, Alejandro Magno, Napoleón, Hitler, Einstein. Quizá al nombrarlos cualquiera pueda reconocer su paso y su legado. Y, que pasó con los demás?
Queremos reconocimiento, y por esta razón nos equivocamos. A veces destruimos todo lo bueno a nuestro paso por un bien material que alimente nuestro ego. Necesitamos mostrarle al mundo lo bien que vivimos, lo bien que comemos, nuestros "fabulosos" viajes, autos, casas y mil cosas más
Y olvidamos que nuestro camino tiene un solo destino. Que no importa cuan rápido corramos, siempre llegaremos al mismo lugar, y de esta tierra nos llevaremos... Nada, quizá solamente recuerdos
Hay vida después de la muerte? Quien lo sabe. Existen los cielos y los infiernos? Ni idea, peroe gustaría que existiera un lugar donde se castigue eternamente a todos aquellos que hicieron daño a tantos sabiendo que lo hacían, eso me gustaría mucho, incluso me gustaría ser quien lleva la leña a ese lugar para castigar a esos malditos bastardos, pero no lo sé
De lo que estoy completamente seguro es que estamos en esta vida de paso, y depende de cada uno de nosostros hacer de nuestra vida un paraíso terrenal o un infierno de tortura infinita.
Tenemos la posibilidad de compartir lo bueno que nos ha tocado, de ayudar, de hacer el bien a un necesitado sin pedir nada a cambio
Muchas veces tenemos la suerte de encontrar a una persona que amamos y que nos ama sin condiciones. Podemos disfrutar con la persona amada un minuto de silencio, una fiesta, una comida, un viaje, corto o largo, pues nada de eso vale tanto como la buena compañía
No hay nada mejor para mí que no sentirse solo, tener a tanta gente en la que pueda confiar y a las que considero amigos. Soy humano imperfecto, y cometo errores, pero con los amigos trato de ser sincero y directo. Perdonamos nuestros errores y nos tendemos la mano, siempre.
Quiero creer que puedo contagiar mi felicidad a los que me rodean, y que puedo ser un hombro sincero para sus penas y lamentos.
Hoy, viernes santo, quiero desearles que encuentren la felicidad, a su manera, solo les pido que en su camino, no permitan el daño a terceros, o que este sea mínimo, si es inevitable.
Y les agradezco por tenerme entre sus amigos, tengo corazón y alma de poeta, enamorado de mi princesa eterna, del amor mismo, y que solo trata compartir lo que sienten mi corazón y mi alma en torpes letras que sueñan con ser versos, y ya quisiera sea poesía....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario