- Despierta Ibañez! Que haces gimiendo como marica? ... No necesitas repetir que el mundo es una mierda, y que la cagaste otra vez, porque esta vez si la has cagado hasta el fondo!!!
- Mi teniente? Es usted?
- No, so pedazo de huevon! Soy el arcángel Gabriel quien ha venido a visitarte... Quien mas voy a ser, pedazo de mierda inutil! Cuadrese y arreglese! Y limpiese las babas y los mocos!
- Si mi Teniente!... Que me pasó?
- Pues que lo drogaron Ibañez! Eso fue lo que pasó! Y ahora, tiene toditas sua celdas vacías... Prepárese porque viene el Mayor. Esta vez si la recontra cagaste Ibañez. Te jodiste.
La cara del sargento es una mezcla de sorpresa, enfado y sueño. Apenas puede mantenerse de pie. Tiene todo el cuerpo adormecido. Y los brazos están entumecidos. Le duelen un poco.
Y la cabeza. Siente que va a explotar su cabeza. Siente mil cinceles que taladran su cerebro y que quieren perforar su cráneo. Quiere gritar. Pero no lo hace. El sentido de la obligación y el pánico al haberse dejado drogar dentro de la comisaría es tan grande, que siente unas ganas terribles de miccionar y también de hacer deposiciones.
"Te cagas de miedo, maricon de mierda". Se dice a si mismo en silencio. Con la manga de la camisa se seca el sudor de la frente, y al buscar en los bolsillos por el pedazo de papel higiénico que siempre carga consigo, encuentra una hoja de papel doblada de manera extraña (parece una estrella) y se ve que está escrita por dentro.
La mira inicialmente con recelo. Y estando a punto de abrirla se presenta sin previo aviso el Mayor, que es el jefe de toda el área.
- Firmes, sargento. Relajese y tome asiento.
Ibañez no dice nada y automaticamente cumple con la orden del Mayor.
- Dejennos solos. Esta será una conversación privada. Solo el sargento Ibañez y yo.
- Como ordene mi Mayor. El teniente hace el saludo de rigor y se retira dela habitación, dejando solos al Sargento Ibañez y al Mayor, no sin antes apoyar su mano en el hombro de Ibañez y hacerle una señal de "fuerza mi camarada" pero con un gesto de desaprobación y resignación. Al salir cierra la puerta sin hacer mucho ruido.
Un minuto de silencio que parece una eternidad. El Mayor está sentado, mirando hacia un costado. Luego coge un bolígrafo y un papel y se lo alcanza a Ibañez.
Mira a Ibañez con la cabeza semi agachada, y en sus ojos hay un brillo especial. Una especie de risa irónica, y mueve la cabeza en signo de desaprobación, pero aparentemente complacido.
Ibañez no sabe como responder. Solo mantiene su cara de poker, sin emociones, y en su cabeza mil cosas giran y giran.
- Ok...
Es todo lo que dice el Mayor. Se levanta, camina unos pasos con las manos en la espalda, como meditando algo. Se detiene por un rato y luego dice, sin voltearse a mirar a Ibañez.
- Ocupese del papeleo. La treta de que fue sedado es muy buena. Pase por toxicologia y que le tomen muestras. Ahi debe negociar con Gutierrez, para adecuar los resultados. Y con respecto al acuerdo, nunca hubo nada, nunca existió. Nunca pasó nada. Se tomará unas merecidas vacaciones para reincorporarse posteriormente a sus labores habituales...
Ibañez no entendía una jota de lo que el Mayor estaba diciendo. Pero asentía en silencio. El alma habia vuelto a su cuerpo.
El Mayor se acercó mucho a Ibañez. Y casi susurrando le dijo:
- Eres el mas pendejo de todos, hijeputa. La próxima vez, me avisas primero o te saco la rechucha tu madre. Pero... La hiciste bien.
Luego se aleja. Lo mira con desdén. Y se sonríe, mientras menea la cabeza. "Sabía que no eras tan santito... Je je je"
Luego con voz firme y alta dice (asegurándose de ser escuchado a través de la puerta)
- Quiero ese papeleo esta misma tarde! Firmes sargento!!
Y se retira, dejando las puertas abiertas de par en par. El teniente y otros son tomados por sorpresa, pero asumen la postura universal de saludo ante su jefe.
Ibañez abre la palma de su mano y ve el trozo de papel en forma de estrella. Mueve la cabeza, y con una mueca como sonrisa, empieza a escribir el parte de los hechos. Sabe a la perfección lo que escribirá. Ya lo entendió todo.
"Eres una jodida de mierda, Pen. Cuando te agarre, ya vas a ver... Solo deja que te agarre, mocosa del demonio"... Sonríe, mientras en su mente ve claramente todos los hechos sucitados en la noche anterior y se imagina como habrán "aceitado" al mayor....
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