jueves, 8 de mayo de 2025

Poema 1171

Madre querida, héme aquí de nuevo 
Desnudo como la vez primera 
En qué me trajiste a este mundo
Sin nada en las manos, 
No he amasado riquezas
He tenido muchas armas en ellas
Y he causado dolor, pero también 
Muchas de estas armas me han servido 
Para servir a mis hermanos 
Tuve muchos amigos, aún los tengo
Y he sentido amor verdadero 
Aún lo siento 

Y ahora estoy de regreso
A tus pies, no quiero ya regresar
Hay tanto dolor en el mundo que
Quiero quedarme a tu lado
Ya no me devuelvas a la vida
Ese planeta está lleno de maldad
De odios, de hipocresía 
Y no quiero ir, déjame a tu lado

Miras en silencio 
Me haces un gesto de silencio 
Me miras con ese aire de ternura
Que te distingue, de amor infinito 
Y miras ese planeta que quiero dejar
También hay tristeza en tu mirada 
Sabes que las cosas van mal

Acaricias mi cabeza
Me das un beso en la frente 
Me levantas del suelo
Me das nuevas alas, que yo no veo
Se que nadie los verá 
Y me dices 
Hay muchas personas importantes 
Que debes cuidar, no te puedes rendir

Con un dedo golpeas mi rostro
Y un destello me despierta en la cama
Estoy bañado en sudor 
Temblando
Siento un dolor infinito en todos mis huesos
La carne es débil 
Mi espíritu está a prueba

Lo haré 
No me rindo Madre mía 
No me rendiré jamás 

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