Recuerdas tía bella, que contábamos las estrellas?
Cómo olvidar los momentos, en que una tarde de aquellas,
Mirando hacia el cielo y admirando al firmamento,
Contemplábamos la grandeza y belleza del universo eterno.
Cómo olvidar los momentos, en que una tarde de aquellas,
Mirando hacia el cielo y admirando al firmamento,
Contemplábamos la grandeza y belleza del universo eterno.
Yo era aún un niño pequeño, que hablaba de sus sueños,
Tu una joven hermosa, que aguantaba mis locuras.
Aún en esos tiempos me gustaba sentirme dueño,
De la tierra y del firmamento. Andaba ya loco sin cura.
Tu una joven hermosa, que aguantaba mis locuras.
Aún en esos tiempos me gustaba sentirme dueño,
De la tierra y del firmamento. Andaba ya loco sin cura.
Levantamos la mirada, para admirar el inmenso cielo,
Y yo de reojo, me deleitaba con tu rostro bello.
Sentía un poco de celos pensando en el suertudo
Que tome el lugar en tu corazón para ser tu esposo.
Y yo de reojo, me deleitaba con tu rostro bello.
Sentía un poco de celos pensando en el suertudo
Que tome el lugar en tu corazón para ser tu esposo.
Escuchabas atenta y con interés mis monólogos largos,
Me mirabas con curiosidad y disfrutabas mis desvaríos.
Más que sobrino y tía, éramos como dos hermanos,
Que compartían risas y penas, dichas y alegrías.
Me mirabas con curiosidad y disfrutabas mis desvaríos.
Más que sobrino y tía, éramos como dos hermanos,
Que compartían risas y penas, dichas y alegrías.
Partí de nuestra tierra querida aún siendo pequeño,
Me embarqué en la aventura de conseguir un sueño.
La vida tuya tuvo de todo, hasta aquel grandioso día,
En que con tu esposo amado, formaste una gran familia.
Me embarqué en la aventura de conseguir un sueño.
La vida tuya tuvo de todo, hasta aquel grandioso día,
En que con tu esposo amado, formaste una gran familia.
Cambiaron muchas cosas en tu vida, también en la mía,
Pero seguirás siendo para mí, mi joven y hermosa tía.
Con la que en las noches frías de nuestra ciudad bella,
Mirábamos hacia el cielo y contábamos las estrellas.
Pero seguirás siendo para mí, mi joven y hermosa tía.
Con la que en las noches frías de nuestra ciudad bella,
Mirábamos hacia el cielo y contábamos las estrellas.
Recuerdas, querida tía Rosi, aquellas tardes eternas,
En que hablamos de la vida, de nosotros, de los sueños?
Disculpa por favor este monólogo y el atrevimiento,
Pues a tu lado siempre me sentiré ese niño pequeño.
En que hablamos de la vida, de nosotros, de los sueños?
Disculpa por favor este monólogo y el atrevimiento,
Pues a tu lado siempre me sentiré ese niño pequeño.
Que habla sin parar de sus sentimientos y sus sueños,
De la vida y de las injusticias a las que nos sometemos.
Pero, es gracias a tu enorme paciencia y a tu cariño,
Que se mantuvo incólume en mí, mi alma de niño.
De la vida y de las injusticias a las que nos sometemos.
Pero, es gracias a tu enorme paciencia y a tu cariño,
Que se mantuvo incólume en mí, mi alma de niño.
Seguirás siempre conmigo alegre y contenta.
Nadie podrá jamás quitar de mi corazón y de mi alma,
El tiempo que pasaba al lado de mi querida tía bella,
Contemplando la noche y contando las estrellas.
Nadie podrá jamás quitar de mi corazón y de mi alma,
El tiempo que pasaba al lado de mi querida tía bella,
Contemplando la noche y contando las estrellas.
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