jueves, 13 de marzo de 2025

Poema 893

El océano, otrora calmo y lento
Con esa tranquilidad taciturna 
Y esas notas lentas que invitan 
Al sueño placentero, ahora está furioso

Las olas son enormes, golpean con fiereza los costados del viejo velero
La lluvia es tormenta, hay rayos
Hay truenos, las luces muestran
Sombras tenebrosas que semejan
Imágenes tetricas de colosos
Que subieron del abismo

Y no solo eso

Vinieron todos los hijos de Poseidón 
Nos atacan sin piedad, se llevan
Uno a uno a nuestros tripulantes 
Damos feroz combate, entregamos
Cada gota de sangre con dura pelea
No nos rendiremos, no es nuestro estilo

Nuestro viejo velero sonríe 
Sabe que quizá sea el último viaje
No importa 
Lo que verdaderamente importa es que no hayamos desperdiciado 
No un segundo de nuestro tiempo 

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