— ¿Estás ahí? ¿Por qué no contestas?
El vacío de la habitación oscura y solitaria
Me devuelve con voz tenebrosa mis palabras.
Mi corazón se estremece, mi alma se desgarra,
Mis sueños se desvanecen, perdieron sus alas,
Y un niño taciturno, sin sonrisas, mira el piso y calla.
Una amarga lágrima rueda por su mejilla
se convierte en sal y arena mojada.
Vive en sus recuerdos, añora sus sueños.
Pero el tiempo ya ha pasado
Hace mucho tiempo que ya no es niño,
Está ya muy viejo!
Sus pies han recorrido demasiados senderos
Ahora están cansados, se cansó de andar.
Sus manos encallecidas han cogido muchos arados,
Sus hombros han cargado el mundo entero
Sus ojos han reído y han llorado
Su corazón ha latido ya demasiado
Ha enterrado a muchos amigos,
Ya todo ha cambiado... ¡Nada es lo mismo!
Solo queda esperar, esperar que el buen señor tiempo
Acelere aún más su paso, y logre su cometido.
Solo quiere dejar de soñar, pues duelen los sueños
¡Aquellos hermosos sueños que tenía de niño!
¡Cómo duele, Dios mio!
Duele ver que el abismo está cada vez más cerca
Que ya casi no queda camino
Y los sueños se convirtieron en polvo
Y se fueron con el viento, se fueron con el tiempo.
¡Nunca quise dejar de ser niño!
El vacío de la habitación oscura y solitaria
Me devuelve con voz tenebrosa mis palabras.
Mi corazón se estremece, mi alma se desgarra,
Mis sueños se desvanecen, perdieron sus alas,
Y un niño taciturno, sin sonrisas, mira el piso y calla.
Una amarga lágrima rueda por su mejilla
se convierte en sal y arena mojada.
Vive en sus recuerdos, añora sus sueños.
Pero el tiempo ya ha pasado
Hace mucho tiempo que ya no es niño,
Está ya muy viejo!
Sus pies han recorrido demasiados senderos
Ahora están cansados, se cansó de andar.
Sus manos encallecidas han cogido muchos arados,
Sus hombros han cargado el mundo entero
Sus ojos han reído y han llorado
Su corazón ha latido ya demasiado
Ha enterrado a muchos amigos,
Ya todo ha cambiado... ¡Nada es lo mismo!
Solo queda esperar, esperar que el buen señor tiempo
Acelere aún más su paso, y logre su cometido.
Solo quiere dejar de soñar, pues duelen los sueños
¡Aquellos hermosos sueños que tenía de niño!
¡Cómo duele, Dios mio!
Duele ver que el abismo está cada vez más cerca
Que ya casi no queda camino
Y los sueños se convirtieron en polvo
Y se fueron con el viento, se fueron con el tiempo.
¡Nunca quise dejar de ser niño!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario