sábado, 29 de abril de 2017

Indiscreta

Caminas coqueta, meneando las caderas

Y te apoderas de las miradas en la acera.

Sonríes, y es tu sonrisa placentera

Pues te sientes deseada, y te sientes bella.



Volteo a mirarte de manera discreta

Tratando de disimular que tenerte quisiera

Entre mis brazos y besarte de pies a cabeza

 Navegando por las infinitas mareas

De tus ondulantes curvas y de tus selvas.



De improviso te detienes, y giras la cabeza,

Mueves los lentes ahumados de singular manera,

Y con un sútil guiño me sonríes traviesa

Para luego seguir tu marcha como si nada ocurriera.



Quedo inmóvil, parado al borde de la acera

Con los ojos entornados y la boca semi abierta,

Mientras veo cómo se aleja tu deliciosa silueta

Y en mi cabeza sólo una imagen: tu sonrisa coqueta.



Siempre tan indiscreta.

Siempre radiante y coqueta.

Sabes que me tienes atrapado

Y que seré siempre tu esclavo.



Me esperarás de nuevo con la puerta abierta

Te mostrarás otra vez, con aires de inocencia

Y riendo me dirás, que el resto del mundo no interesa

Cuando apaguemos las luces, y cerremos las puertas...

viernes, 28 de abril de 2017

Mis mejores vacaciones

Una tarde de playa, de sol, mar y arena
Disfrutando de las delícias que el mar nos entrega
Una piscina, una bebida helada, una hamaca.
Y cuando el sol se haya escondido
Unas cuantas canciones al rededor de una fogata.
Teniendo a la luna como fiel compañera
Y de público alegre, al cielo y a las estrellas...

 

O quizá sea una mañana en la cordillera,
Disfrutando del límpido aire de nuestra sierra
Del azul hermoso del cielo de nuestra tierra
Y de la tranquila calma que nos rodea.
Un aromático pan recién horneado
El olor a hierba fresca del verde prado,
El indescriptible aroma de las gotas de lluvia
Al caer sobre la tierra seca,
Y acurrucarnos bajo las mantas
Escuchando el goteo incesante sobre las tejas...

 

 O navegando en las aguas de un caudaloso río
Que tranquilo serpentéa en la verde e infinita selva
Adormecidos por los mágicos ruidos ancestrales
Y el sonido indescriptible de miles de animales
Que alegres y ruidosos nos hacen compañía
Con una maravillosa y única, mágica sinfonía...

 

Parados o sentados, por aire, mar o tierra
Volando entre las nubes, o en la carretera
O en el transporte público en un día cualquiera
Siempre serán unas vacaciones geniales
Si conmigo y de la mano, vas a mi lado
Sonriendo, hablando de todo y de nada
O simplemente en silencio
Cuando sobran las palabras
Disfrutando de todo lo que la vida nos ha dado...

Mi compañera perfecta...
Mi musa eterna...
Mi pequeña traviesa...

miércoles, 26 de abril de 2017

Volver

No sabes cómo decirlo, o quizá

No encuentras las palabras adecuadas

Que se ajusten a tus sentimientos

Que reflejen tus verdaderos deseos

Que muestren a cabalidad lo que piensas

Que logren transmitir lo que me quieres decir...



Dudas...

Hablas de una y mil cosas, sin importar de qué

Lo importante es seguir hablando

Es mantener la conversación, es no tener que decir

Que ya es hora de despedirnos

Y que es tiempo de partir, cada quien por donde vino.

Eso es lo importante...

No dejar de conversar, aunque la noche llegue

Aunque se quede vacío, este lugar.



Llegado el momento, tomas valor

Y me lo dices, ocultando la mirada

Tratando de ser firme y de mostrar sinceridad,

Pero tampoco quieres que se note

Que estás a punto de llorar.



«Fue una torpeza, fue debilidad

No entiendo los motivos, ni la razón

De todo aquello que sucedió

Solamente me dejé llevar

Por las emociones

Por las circunstancias

Y no se por qué más...»



Repites una y mil veces

Que no volvería a suceder

Si no te hubiese dejado sola

Si hubiese estado allí todo el tiempo

Si no me hubiese ido

Si...

Si...



Te atraigo hacia mi, y limpio tu rostro

Te abrazo, y te apoyo en mi pecho

Y recuesto mi rostro hacia tu cabello

«Te amo, siempre te he de amar»

Es todo lo que te digo...



Y lo demás, ya no es necesario de mostrar

Pues el amor es así, nos suele regalar

Mucho dolor, muchas dudas, mucho sufrimiento

Pero también nos regala

Momentos sublimes

Momentos de eterna felicidad...

Otra vez tú.

Otra vez tú y yo solos,

Sentados frente a frente

En una pequeña mesa

De un bullicioso café...



Sonríes, mirando distraída

Al resto de comensales,

mientras lentamente

Y sorbo a sorbo,

Vas degustando tu humeante taza

De chocolate con leche

Y yo, yo bebo un sorbo de café

Un aromático y agradable

Negro café...



Te miro, en silencio,

Tratando de adivinar

Todo lo que no dices, lo que callas,

A pesar que no paras de hablar.

Sonrío, y suspiro suavemente

Tratando de no hacerme notar

Y ahora disfruto observando tus manos

Que no paran de juguetear

Y trato de encontrar las señales

Que ellas me quisieran dar...



Ríes con mis palabras,

Ríes con una sonrisa tal

Que me saca de la tierra

Y me invita a volar

Y me hace de nuevo soñar,

Soñar con esa quimera

De poder tus labios besar

De soñar con tomar tus manos

Y juntos irnos por el mundo

A volar

A navegar en los mares

De la felicidad

Sin importar nada más

Solamente amar

Y nada más...



Otra vez me encuentro solo

Frente a mi taza de café

Y la silla vacía de enfrente

Me dice que su ocupante

Ya se fue...

Me dejó ese aroma a nostalgia

De algo que pudo suceder

De un sueño hermoso y tierno

Que quise fuera verdadero

Alguna vez

Pero que no pudo suceder.



Y ahora solo me queda

La nostalgia de ese sueño

En una taza de aromático café..

Renacer

Renacer sin más ni más, solamente renacer,

Sabiendo que lo pasado quedó atrás,

Y que, después de tanto y tanto caer,

Y de entregar tu vida y tu corazón,

A esa empresa que te hizo perder,

Las esperanzas y las ganas enteras

De vivir, sólamente te queda renacer.



Reinventarte, una vez más, así es.

No puedes detenerte nunca más.

La vida no se detendrá, no esperará

Debes seguir, debes continuar,

Si quieres no quedarte atrás, una vez más.



Renacer, solamente eso, renacer otra vez

Lamer tus heridas, limpiar tu rostro,

Secar las lágrimas, mirar al cielo,

Agradecer por todo lo malo y lo bueno

Por todas las caídas, por los tropiezos

Y por tener la oportunidad única

De levantarte de nuevo...



Y por la dicha única, de tener amigos,

De tener una mano franca, que se extiende

Y con firmeza te agarra, y te sujeta, y te empuja

Y te acompaña, sin esperar de ti más nada

Que solamente el cariño sincero

Y la sonrisa franca, y el momento eterno

Del abrazo de amor fraterno, y el saber

Que este sentimiento será duradero

Pues en la amistad, el amor es sincero

Y es, a pesar de lo que digan, verdadero...



Renacer, renacer de nuevo

Sin importar lo que nos depare el destino

Sin importar las nuevas piedras del camino

Renacer, reinventarse a si mismo

Re armar tu cuerpo maltrecho

Re inventar tu alma, re escribir tus deseos

Latir nuevamente como un niño pequeño

Y echarte nuevamente a la vida en pos de tus sueños...

Atrapado en una sonrisa...

Y fue una noche maravillosa.

Saltabas, cantabas a viva voz, reías. Sobre todo eso: reías feliz, con una mirada de felicidad que contagiaba a todos. Y brillabas.

Una noche que pensábamos, iba a ser espléndida, inolvidable, feliz y placentera. Una noche que planificamos, que esperabas con emoción e impaciencia.

Y parece mentira que, hay cosas en la vida, momentos que a veces, muchas veces, nos llenan mas allá de nuestras expectativas.

Y ayer fue una noche de aquellas.



Fue una presentación que, a mi modo de ver, no es ni será la gran cosa. Canciones, bailes, coreografías.

Gente en las graderías, largas colas, esperas prolongadas, caminatas, discusiones por los lugares, por las sillas o butacas, con los vendedores (que siempre exageran en los precios), con los acomodadores, con los otros asistentes, con los vigilantes...

Pero Tú, Tú no veías nada de eso...



Solamente con impaciencia y cierta tensión me preguntabas una y otra vez mas: ¿Què hora es? ¿Cuánto falta? ¿Por qué se demoran tanto?

Y yo, yo ya no sabía que decir, ya no sabía como mantenerte entretenida, mientras los minutos lentamente se arrastraban con cruel y asfixiante paciencia.

Hasta que empezó. Y todo cambió.



Si estabas adormecida o somnolienta, ya no lo recuerdo.

Tu euforia fue tal, que nos hiciste brincar a tu lado.

Trepaste a la silla (como todas las demás niñas), y mientras tu mamá y yo te sosteníamos, bailabas y brincabas entonando a viva voz todas y cada una de las letras de esas canciones que quedarán grabadas para siempre en nuestra memoria.



Tu mamá y yo nos mirábamos, y sonreíamos...

Felices, al ver tanta felicidad en tu rostro.

Tratábamos de sujetarte en todo momento, en evitar que caigas de la silla, en evitar que te lastimes.

Parecía que tu corazoncito era un caballo desbocado que hacía saltar a todo tu frágil cuerpo.

Y una voz que no callaba, con una potencia inusitada, entonaba y gritaba al son de esos ritmos pegajosos que hacían las delicias de todos los presentes en ese escenario.



Fueron 90 minutos sublimes.

Solamente hubo empezado el show, cuando la cantante principal pidió a todos que se sentaran.

Y todos obedecieron, como por arte de magia.

Aún sentada, cantabas y bailabas, y no dejabas de gritar, y de vivar, y de sonreír, y de disfrutar ese momento que, estoy seguro, demorarás mucho tiempo en olvidar.



Y yo no olvidaré jamás esta noche singular.

Pues en esa noche, quedé atrapado en tu sonrisa, quede para siempre atado a tu sublime y tierna felicidad.

Y quizá esto no sea un poema, pero el momento vivido, fue poesía pura para mi alma, para toda la eternidad.

Aparta de mi este cáliz...

Dos mil años y contando, dos mil años han pasado

Y aún sigo crucificado. Aún sigo colgado de este poste

Aún mis manos están sangrando, atravesadas por clavos

Y en mi pecho, la herida sigue abierta, y sigue sangrando.



¿Qué pasó? ¿No era acaso este sacrificio suficiente,

Para aliviar los dolores humanos y redimirlos del pecado?

Dos mil años han pasado, y el mundo, si, nuestro mundo

No ha cambiado. Ni siquiera un ápice, ni siquiera algo.



¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué es aún necesario

Que sigamos crucificando a inocentes, y castigarlos

Hacer que sangren, hacer que sufran, hacer que mueran,

Y no cambiemos ni siquiera un poco, ni siquiera algo?



Ya no puedo más. Ya no quiero seguir con este martirio largo.

Aparta de mi este cáliz. Ya no es un pedido, ya no.

Ahora te lo digo, te lo exijo. Ya no quiero seguir

En este vano intento de salvar a la humanidad,

De curar sus heridas, de limpiar sus pecados. Ya no más.

Ellos quieren seguir así, y lo han demostrado.

No quieren un salvador, nunca lo necesitaron.

Solamente quieren vivir a su manera, con sus pecados,

E incluso se jactan de hacerlo así. Incluso lo cantan

Y lo gritan a los cuatro vientos, que son felices por algo...



Ya no queda nada más, que sentarnos a esperar

Y observar tranquilamente lo que ellos harán

Con su vida, con su casa, con su pequeño hogar.

No necesitan de nosotros, así lo quisieron, así será.

Vayámonos a otro lugar, a otra historia a intentar

Salvar a una nueva, diferente a ésta, humanidad...