jueves, 26 de enero de 2017

Vampimax, el soñador...


Estaba Vampimax en su cueva, afilando sus pequeños colmillos,
Se miraba ufano en el espejo, con cuidado peinaba sus tres pelos.
Mirando su panza decía: «Caray, creo que debo bajar de peso,
Conozco de vampiros calvos, pero no se de alguno obeso»

«Haré mucho ejercicio — se dijo a si mismo el murciélago—
Y dentro de algunos pocos días, seré un vampiro regio»
Vampimax no era un vampiro, sino un murciélago frutero,
Y vivía con sus amigos, en su gran cueva de murciélagos.

Pero Vampimax leía, leía muchas novelas, historias y cuentos,
También gustaba de leer poemas, sobre muchos temas diversos.
Pero las historias que más le gustaban, eran las de los vampiros,
De seres de ultratumba, el hombre lobo, de Drácula y sus amigos.

De tanto leer estos libros, perdió el pobre murciélago el juicio,
Viendo sus alas y sus colmillos, decidió convertirse en vampiro.
Decidió cambiar de nombre, a «El Conde Maximum Vampyrus»
Y muy jactancioso repetía; « Vampimax, para los amigos»

Decidió empezar sus aventuras, a inicios del mes de febrero,
Con luna llena incluida, aullidos de lobos, ladridos de perros.
«¿Qué es lo que quieres hacer, necio? —preguntaban sus amigos—
No ves que solo eres un murciélago, y no tienes nada de vampiro?»

No hizo caso de los consejos, y raudamente alzó veloz vuelo,
«Están celosos de mi» Pensó Vampimax para sus adentros.
«Pronto escribirán sobre mis hazañas, poetas y escritores diversos,
Seré el mas grande vampiro, que haya jamás existido en el universo»

Así pensando volaba, y se iba en el bosque mas para adentro,
Hasta que divisó una vieja cabaña, donde decidió detener su vuelo.
Lo cierto es que ya no daba, el pobre murciélago con su peso,
Su enorme panza le pesaba mucho, a las justas llegó al techo.

Además había un problema, pequeño pero muy cierto,
Vampimax solo conocía, su cueva y los árboles fruteros.
«Encontraré a la primera doncella —pensaba el bribonzuelo—
le hincaré mis dos colmillos, y beberé la sangre de su cuello»

Es así que se lanzó raudo, en dirección del primer desnudo cuello
Hincó sus colmillos con ansias, pero...apenas pudo rasguñar el pellejo
Rompió uno de sus colmillos, y en lugar de sangre obtuvo,
Un maloliente y espantoso, verdoso y pegajoso amargo veneno.

No se dio cuenta nuestro amigo, que esto no era una doncella,
Sino una espantosa bruja, casi calva, con granos y recontra fea.
Tomó la bruja al murciélago, riendo de espantosa manera,
«Justo lo que necesitaba —dijo— para terminar mi pócima maestra»

Pedía a gritos auxilio, el pobre Vampimax en la cacerola,
Pero solo se escuchaban chillidos, y revoloteo dentro de la olla.
Ante tanto escándalo armado, vinieron las brujas hermanas
«Comparte un poquito —dijeron—, que también nos hace falta»

Pero la bruja no cedía, a escobazos echó a las demás de la cocina,
«Es solo mío» repetía, y sin percatarse la olla cayó y se hizo trizas.
Voló Vampimax disparado, dejando el colmillo roto en su huida
«Al diablo con los vampiros, comeré fruta», una y mil veces se repetía.

Le hizo un nuevo colmillo el dentista, come fruta y vive en su cueva,
Ahora lee versos y poemas, y se ha propuesto ser un gran poeta.
Pero en las noches de luna llena, Vampimax sueña que vuela
Como el Conde Maximum Vampyrus, el mas terrorífico del planeta.

Encuentro...

Estaba el poeta en su cueva
Puliendo sus últimos versos
Y en eso ante él se presenta
La Diosa de todos sus sueños.

Tenia las formas perfectas
Los brazos piernas y senos,
Ondulante y roja cabellera
Y carnosos labios de ensueño.

Se acercó insinuante al poeta
Y dijo: «No temas, dame un beso.
¿Acaso no soy yo la dueña
De tus mas bajos deseos?»

Estaba el poeta perplejo,
La garganta y los labios secos.
Temblaba de pies y manos
Bañado en sudor su cuerpo.

Tomó valor y de un salto
se apoderó de aquel monumento.
Tomó en sus manos su pelo
Y con ansias le dio un gran beso.

Mas grande fue el desconcierto
De nuestro poeta travieso:
Sintió los cuernos bajo el pelo
Y colmillos en los labios tiernos.

Mas con ansias se entregó al deseo
Y a las insensatas pasiones del cuerpo.
Disfrutó del lujurioso encuentro
Con la sensual princesa del infierno.

Pasado el momento placentero
Estaba el poeta en desconsuelo.
«¡He entregado mi alma al infierno!
¡Mi Dios! ¿Por qué sucedió esto?»

Mas la hermosa diosa le dijo:
«Tranquilo poeta, deja los lamentos
Que no es este nuestro primer encuentro.
Tuya he sido por ya muchos milenios
Y eres mio desde siempre, 
desde el inicio de los tiempos...
Solamente que lo olvidas cuando
Tu alma inmortal cambia de cuerpo»

Asombrado escuchaba el poeta
Peor aun, cuando en un espejo,
No pudo notar su reflejo...
«Ahora entiendo —se decía—
El por qué de mis colmillos
Y, de beber sangre, mi deseo»

Voló sin destino la diosa
Liberó el poeta sus versos.
Se dedicó en cuerpo y alma
A conseguir nuevos cuerpos
Para satisfacer sus deseos
De sangre, pasión y sexo.

Vagó por cielos y mares
Recorrió el mundo por completo.
Consiguió muchas amantes
Y también muchos adeptos.

Mas siempre retorna a su cueva
Esperando de nuevo el encuentro
Con aquella endiabladamente bella
Dueña de sus mas bajos deseos.

Es así como se dio inicio
De mi historia como vampiro.
Reciban todos saludos
Del Conde Maximum Vampyrus
(Vampimax, para los amigos)

lunes, 23 de enero de 2017

¿Dónde estás?

¿Dónde estás, mi amor, dime dónde?
Te he buscado por aires, tierras y océanos
Y solo un gran silencio he encontrado
Que dolorosamente me recuerda
Que sigues perdida, que no estás a mi lado...

He navegado por los insondables mares del tiempo
He conquistado cada rincón de la tierra y el cielo,
He atizado las eternas calderas del averno,
He encendido una luz en un agujero negro,
Conquistando a la muerte, he nacido mil veces de nuevo,
Pero sigo sin encontrarte, y es ese mi desconsuelo...

Te fuiste de mi lado, un día de aquellos,
En que soñaba que era dueño y señor del universo,
Pues tenía tu cuerpo y alma, tenía tus besos,
Para disfrutar y saciarme a plenitud con ellos,
Podía disfrutar acariciando tus perfumados cabellos,
Acariciando y saboreando las curvas de tu cuerpo,
Y explotando de placer al poseerte por completo.

Pero te fuiste, sin importarte mis lamentos,
Ni mis sollozos ni mis lágrimas, tampoco mis versos,
Rompiendo todos nuestros lazos, te entregaste al viento,
Te convertiste en etérea, y rauda alzaste vuelo,
Dejándome solo y triste con mi desconsuelo,
Abandonado a mi soledad en un infinito silencio.

Mil centurias han pasado desde aquel triste momento
Y por donde quiera que vaya y busque, yo no te encuentro.
Pero se que estas ahí! Pues me has visitado en sueños,
Y en ellos hemos disfrutado nuevamente del placer verdadero,
Pues conocemos a la perfección cada rincón de nuestros cuerpos.

Ven a mi, mi doncella del pecado, ven que te espero,
Ansioso por tu llegada, bañando de sudor mi lecho,
Calcinado por el calor del infierno mi cuerpo entero,
Y con un volcán de pasión, a punto de estallar, en mi pecho.

Ven mi ángel de pasión, mi bella princesa del infierno
Ven a calmar la sed  de amor que me ahoga por completo
Y ese deseo puro y carnal, que es un eterno tormento.

Seré tu esclavo una vez más... así lo quiero, así lo deseo!
Quiero a tu lado ser nuevamente el amo y señor del universo!

Basta ya de huir! Soy tuyo y eres mía!... Eso es lo que creo....



¿Chateamos?..

Vamos a chatear, en el celular,
No interesa si es un Iphone 
O es de sistema Android,
Lo importante es que haya señal
Y buena cobertura de Wi - Fi
Y no te olvides de conectar
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Pues te enviaré un email,
Para recordarte la dirección
De este Portal virtual,
Y quizá podamos interactuar,
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Ahí te va mi emoticón.
Carita de sorpresa, dedito arriba,
Caritas felices, aplausos y risas.

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Claro! También vi tu grabación de Webinar.
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Lo siento, se malogró mi Web cam.
Conéctate con el celular,
Es muy fácil usando el Skype.
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domingo, 22 de enero de 2017

Gracias a la vida...


— ¿Tienes algo que agradecer en forma especial de la vida, poeta?

Preguntas casi sin mirarme, mientras intrigada y curiosa, revisas un viejo álbum de fotografías viejas. Miro como levantas una de ellas cualquiera, y con asombro e incredulidad, sonríes mientras reconoces mi presencia en situaciones diversas. Fotos, imágenes grabadas para siempre de nuestra historia personal, de nuestra existencia.

Mi mente es atacada por mil y una imágenes que se agolpan en la cabeza. Muchas cosas buenas, muchas alegrías, muchos triunfos y logros. Diversión a raudales, muchas fiestas. Pero también vienen las imágenes de tristeza, de pérdidas memorables, de sufrimiento extremo, llevando al límite la tolerancia del cuerpo y del alma. Tantas caídas, tantas veces te has visto arrastrar por el lodo, sintiendo que estás al límite, que ya no puedes mas... Y tantas otras te has levantado, sacando fuerzas de la flaqueza, y logrando salir victorioso y airoso como la vez primera.

Recuerdas tu infancia, inocente y tierna, que se desarrolló en la tranquila calma de tu magnífica sierra. Tu juventud en tierras lejanas, aprendiendo a valorar el verdadero significado de la palabra Patria. Tus primeros pasos sin la tutela de los padres, en dependencia propia de lo que puedas lograr por tus propias manos. La necesidad extrema, el hambre, el dolor, el amor, el desengaño, la guerra...

No hay gloria en la guerra, solo dolor y miseria. Así como tampoco nada se parece al agradecimiento sincero por devolver la salud a una persona, o sacarlos de las tinieblas. Y nada se compara al primer beso de la musa eterna, a la primera vez que te dicen papá, o cuando sean tus hijos quienes, cuando estando tú enfermo, a tu lado velan...

— Planeta tierra llamando al poeta... Puede bajar de su nube y dejar de soñar con la boca abierta?

Me dices risueña, mientras mueves tus manos delante de mi rostro, tratando de llamar mi atención de una y mil maneras...

Sonrío, siempre logras eso, siempre haces que sonría. Suspiro profundamente y, mientras tomo tus manos y tiernamente pero con firmeza te acerco hacia mí, te digo:

— Le agradezco a la vida por ser como es, no perfecta ni eterna, sino impredecible y efímera, bellamente pasajera...

El maestro de los sueños.... Cuento

Después de la creación, y habiéndose poblado la tierra, los mares y los aires de personas, plantas y animales, decidió Dios tomarse un descanso prolongado de tanto trabajo realizado. Aunque la verdad es que se había aficionado en formar a las personas desde el barro, y quería seguir mejorando este trabajo, por eso es que decidió dedicarse a esta labor a tiempo completo. Debido a esto, creó ciertas áreas en los cielos para que se encarguen de la administración y mantenimiento de todas y cada una de las cosas que existían en la Tierra.

Es así como aparecieron los sectores de: mamíferos, aves, peces, reptiles, insectos, clima, agua, aire, etc, etc. Poco a poco el cielo se fué poblando de secciones bien delimitadas con talleres muy específicos para cada actividad que se realiza en la tierra. Y, en uno de los lugares mas apartados de toda esa maraña de edificios y oficinas, se encontraba una gran casa, con un letrero enorme que decía «Taller de sueños»

Sucede que a todas las especies creadas, se les otrogó la necesidad de dormir casi la MITAD de toda su vida! Por esa razón, el taller de sueños era una institución muy importante, pues de su buen funcionamiento dependía prácticamente toda la vida en el planeta. Estaba a cargo de este taller un viejecito, casi calvo, algo gordito, con bigotes largos y blancos, ojos chinitos y siempre risueño. En sus manos estaba el poder fabricar los mas deliciosos y dulces sueños para todos los habitantes de la tierra. Él los preparaba con mucho cariño y dedicación, y, una vez que los tenía listos, los ponía en el horno, para que estuvieran bien cocinados, antes de entregarlos con el correo celestial a todos los seres vivos del planeta, en el momento que, entrada la noche, se iban todos a dormir.

Todo iba bien, hasta que nuestro amigo, el Maestro fabricante de sueños, se puso a probar los sueños, y le gustó tanto que se quedó dormido, y no pudo entregar los sueños a tiempo. Así que pidió al Jefe (Dios) un ayudante, para su tan delicada labor. Le fue asignado un aprendiz, pero el pobre, no pudo aprender bien su tarea, y, mientras el maestro estaba dormido probando algunos suculentos sueños, quemó algunos de los que estaban en el horno; y, tratando de no quemar el resto, los sacó muy rápido del horno, así que salieron casi crudos...

Pero...

Tenía que entregar los sueños, así que igual los envío. Algunos muy buenos y deliciosos sueños, otros casi crudos, y otros quemados. Qué mala noche pasaron los que recibieron los sueños crudos! No pudieron dormir ni siquiera un minuto, pues no se podían digerir estos sueños. Se pasaron la noche en vela, tratando en vano de entender la razón de no poder conciliar el sueño. Peor la pasaron los que recibieron los sueños quemados. Tuvieron terribles visiones, donde todo era oscuro y llena de luces extrañas (el carbón llevaba aún pequeños trozos incandescentes en su interior) que les parecían terribles criaturas que los estaban persiguiendo. Despertaron asustados, contando a todo el mundo sus espantosos sueños, a los que llamaron pesadillas.

Todos pusieron el «grito en el cielo», y Dios en persona fue al taller de sueños, a ver qué estaba sucediendo. Cuál no sería su sorpresa al encontrar bien dormidos al maestro y al aprendiz, muy sonrientes ellos, con algunos sueños deliciosos a medio terminar. Le entró curiosidad a Dios, y probó uno de los sueños, y... Se quedó dormido, también sonriendo...

Ante la ausencia de Dios, fueron al taller todas las autoridades del cielo, para ver que estaba allí sucediendo. Y a TODOS les pasó lo mismo: se quedaron dormidos al probar tan, pero tan deliciosos sueños.

Entonces al fin, la esposa de Dios (la llaman de muchas maneras en todas partes, pero sabemos que ella es la que impone el orden en la casa) fue y con una gran campana despertó a todos los durmientes. Mandó a cada uno a su lugar, inclusive al mismo Dios, que había dejado de trabajar en la confección de nuevos niños, y el barro se estaba desperdiciando. Puso un gran reloj en la pared, y lo programó de tal manera, que pudieran estar despiertos tanto el aprendiz como el maestro, a la hora de entregar los sueños. Y le encargó a uno de sus ángeles más estrictos el supervisar la correcta entrega de los sueños bien cocinados y en su punto.

Pero a veces... Incluso el ángel le da una probadita a los sueños, y se queda dormido sonriendo, junto al aprendiz y al maestro...

Por eso, cuando te vayas a dormir, nunca olvides pedir que te toque un buen sueño.. Y que la madre de todos, se de una vueltita por el taller de los sueños, a ver si el Maestro, el aprendiz e incluso el ángel estén despiertos... No se sabe, pues siempre es tentador probar un buen sueño, pero una mamá nunca dejará que a sus hijos les toque un mal sueño.

FIN

Alfarero...

Dime alfarero, qué buscar conseguir con esto?
No ves que acaso, ya diste tu mejor esfuerzo?

El maestro alfarero sigue trabajando,
moldeando el barro con diestras manos,
Cantando una melodía suave, casi en silencio,
y dándole vida a lo que fue simple barro negro.

Por qué eres tan necio?
Para qué seguir con esto?
No ves acaso que tus mejores obras,
fueron a parar al botadero?

Miras a través de tus cansados ojos,
Pero siempre sonriendo y en silencio.
Sabes que cada pieza será única e irrepetible
Y que solamente por eso, valdrá la pena el esfuerzo.

Miro en derredor, admiro el taller del maestro,
Y disfruto por un segundo del orden perfecto.
Nada se pierde, nada se bota,
Todo vuelve a formarse desde el barro negro.

Tú creas las vasijas, ahora lo entiendo,
Y pones en ello todo tu amor y esmero,
Está en nosotros llenar las vasijas por dentro,
Sea con agua de rosas, o con fétido estiércol...