domingo, 27 de noviembre de 2016

Tantas veces María...

La muchedumbre te aplasta sin compasión.
Los gritos ensordecedores retumban en tu cabeza.
Caes, y tus rodillas se lastiman con las piedras de la acera,
sientes que la sangre moja tu vestimenta...
No hay dolor...

El dolor hace tiempo que se convirtió en parte de tu vida.
No sabes lo que es un día sin dolor, sin sufrimiento,
sin ganas de gritar al viento que estás sufriendo,
que lo amas, y que hace mucho tiempo él te ama,
mas que a si mismo, más que al mundo entero...
Pero tenía una misión, para la cual fue escogido.
Y la estaba cumpliendo...

 La multitud vocifera su nombre, escupe, maldice, ríe y gime.
Es una masa amorfa de sentimientos viles que te empujan con fuerza,
y te obligan a levantarte, y seguir adelante...
Lo ves... está cansado...

Ves que una mujer se acerca a él, y con parte de su vestimenta
trata vanamente de limpiar su rostro maltrecho y ensangrentado.
Él casi no reacciona...
Notas que intenta una especie de sonrisa benevolente,
pero el látigo vehemente, cae despiadado sobre la espalda desgarrada,
y hace que muestre una mueca irreconocible de dolor y abatimiento...
Las lágrimas te nublan por completo...

Intentas acercártele,
pero mil manos te detienen y solo puedes gritar su nombre...
La bulla del gentío apaga tu grito sin clemencia...

Todo a terminado...
Nuevamente lo tienes en tus brazos.
Pero él se ha ido...

Te dejaron unos huesos magullados y un rostro maltrecho,
donde a duras penas puedes reconocer los rasgos amados.
Limpias las llagas en silencio, mientras murmuras esa canción bella
que cantaban juntos en los tiempos aquellos,
cuando recién empezaba su camino,
y eran felices juntos, con todos sus amigos...

Murmuras la canción en silencio, para no alterar la paz de los muertos.
En tu corazón hay un fuego que grita y tortura tus pensamientos:
Por qué?! Para qué?!
No encuentras consuelo...
Y aún así, sonríes,
y mientras le das un tierno beso, murmuras, como siempre:
Te quiero, amor mío...

Un día cualquiera...

Un día cualquiera, ves salir el sol, y lo admiras como si fuera el primer día de la primavera...
Notas que su brillo es especial, está radiante, las nubes se retiran de buen talante, adoptando formas graciosas y adornando aún más el espléndido matutino cielo...
Ves que algunas aves han alzado vuelo, y alegres se dirigen con destino para ti, incierto. Hasta las ramas de los árboles cobran vida... Vaya, si son unas pequeñas ardillas, que corretean juguetonas y comparten su alegría...
- Buenos días! Te saluda alegremente un extraño, que va trotando y cantando. Lleva audifónos puestos, de seguro está escuchando alguna canción muy alegre, pues notas que su paso es ágil y fuerte. Apenas has respondido moviendo el brazo, y a lo lejos, un barrendero te devuelve el saludo, y como contagiado, también sonríe...
Parece mentira, pero a cada paso, sientes que tu alegría se ha contagiado. O te han contagiado.... Pero eso no importa, hoy será un día espléndido, único y memorable. Hoy estás vivo, y el mundo entero vino a saludarte...

Oyes la música?

Oyes la música, poeta amado?
Sientes como cantan las estrellas?
Sientes la sublime melodía con la que nace el día?
Oyes el suave murmullo de las olas, al candoroso beso de la arena?
El aleteo de las aves en el azul cielo, no te suena a magistral sinfonía?
Acaso no oyes el dulce arrullo con que nos mece la luna?
Poeta? No me oyes?
Otra vez estas callado....

Mientras te miro embelesado, mi musa eterna,
He notado que hace mucho tiempo atrás, la música acompaña mis días.
Pero son las palabras que nacen en tus hermosos labios,
las que penetrando a este corazón, cual bálsamo embrujado,
mantienen a todo mi ser, eternamente enamorado...

Caminos que no quieres recorrer...

Hay caminos en la vida, que no quisieramos tomar,
Pero obligados por las circunstancias, debemos recorrerlos sin mirar atrás.

Con qué palabras decirle a un ser que amas, que lo vas a dejar?
Que es éste el último momento, en el que se verán?
Muchas veces hasta has forzado una sonrisa, y prometes que volverás,
Aunque sabes en el fondo de tu alma, que no se verán jamás....

Cómo decirle a un moribundo que se aferra a la vida,
Qué ya no se puede recuperar? Es más fácil una mentira,
Y decirle que pronto volverá a casa, y todo pasará...
Y cuántas veces con una mentira has tratado de ocultar
alguna falta tuya o de cualquier otro, o una cruel realidad?

Y cómo explicar el comportamiento de esa persona,
que bajo efectos del alcohol se porta de manera vulgar?
Grita, maldice, amenaza y lastima a cualquiera que encuentra
Y cuando está sobria, a duras penas puede hablar?

De donde sacas las fuerzas necesarias, cuando llevas a tu mascota querida
al lugar donde la harán dormir en paz? Y es que está muriendo, y no debe sufrir más.
La cargas, la acaricias, la tranquilizas, le hablas con cariño y tranquilidad.
Muestras en todo momento valentía, aunque luego te desmorones al fin.
Y lloras, pero a solas, aunque en tu despedida no parabas de sonreír....

Son muchos los caminos que la vida nos obliga a recorrer,
Y que debemos tomarlos, así no querramos, o no estemos dispuestos a seguir.
Pero hay algunos casos, que jamás podré entender,
Y es de aquellas personas que lastiman a seres indefensos
Matan, violan, golpean, lastiman de una u otra manera,
Y luego dicen que lo hicieron sin querer....

Cómo entender al asesino, al que lastima a sus propios seres queridos?
Cómo entender al que viola a sus hijos? Al que mata a padres y amigos?
Cómo entender a aquellos que pregonan el amor,
Y a escondidas causan daño a otros y terror?

Es que acaso también fueron "obligados" por la vida y el destino?
Es que fueron cegados y trastornados por los demonios que llevamos dentro?
Nunca lo pude entender, y no lo haré, pues no lo quiero hacer.
El comportamiento de esos monstruos, escapa a mi capacidad de comprender.....

Un cebiche, por favor....

El que habiendo visitado mi alegre y hermosa tierra,
Y no ha probado nuestro plato de bandera,
No sabe lo mucho que ha perdido
Al no degustar un plato de cebiche bien servido.

Es una fiesta de apetitosos colores en tu boca,
Una explosión de sabores, que despierta pasiones,
Desencadena inigualables e inexplicables emociones,
Que te llevan a experimentar un cúmulo de sensaciones
Nunca antes sentidas en ningún lugar de la tierra.

Combinación perfecta de pescados y mariscos,
Sal, ajo, pimienta al gusto,
Debe tener cebolla roja cortada a la juliana,
Ají limo picante en pocas porciones,
Pero lo mas importante son los limones,
Que deben ser de Piura, tierra de paisanos,
De donde son los mejores limones peruanos.

El pescado ha de ser muy fresco, del mar recién sacado,
O podría ser seco y salado, para un chinguirito piurano.
O de conchas negras, o de mariscos, o de cangrejos,
No hay nada como un rico cebiche peruano
Para alegrar el paladar de jóvenes y viejos.
Por estas y muchas otras razones más
No deberías dejarlo de probar.

Y si está muy picante, no te preocupes,
Un buen vaso de chicha morada, con harto hielo,
O una Inca Kola al polo, o una Cristal, bien helada
Harán de tu paladar las delicias, 
Y combinarán a la perfecciòn con este plato perfecto
Que no olvidarás jamás, te lo aseguro..

Un pequeño lugar mágico...

Nací y crecí en una ciudad pequeña, enclavada en la altura de la hermosa sierra,
acunada en lo profundo de una quebrada, y que un caudaloso río con sus aguas bañaba.
Al despertar por la mañana, podía observar desde mi pequeña ventana,
al maravilloso sol levantarse desde detrás de las blancas montañas,
Iluminar el cielo azul intenso que nos abovedaba, y alegrar las montañas verdes
Que desde el otro lado a toda nuestra ciudad observaban.

Así era mi mágica ciudad, enclavada en un pedacito de tiempo detenido en la historia,
Por un lado los nevados majestuosos celosos nos cuidaban,
Y por el otro lado, las verdes montañas nuestra vista alegraban,
Como dos manos que la sostienen para que no se caiga
Se juntaban y sostenían a mi hermoso pueblo cual niño pequeño
Y al lado de él, un torrentoso río con sus aguas cristalinas de ensueño.

Las casas de barro, las tejas rojas, no había asfalto.
Los gallos competían en las mañanas para hacer oír su canto.
Los pajarillos alegres revoloteaban en los árboles altos.
La vida bullía por doquier, la naturaleza nos entregaba sus mejores regalos.
Éramos todos felices, sobre todo mis queridos abuelos,
Sembrando papas, maíz, hortalizas, criando gallinas y cerdos.
Los vecinos se saludaban a cada paso, eran tiempos buenos.
Los niños corríamos libres por los campos y prados,
Volábamos cometas, perseguíamos lagartijas, cazábamos sapos.
A veces nos gustaba oír cuentos sobre lugares encantados
De seres que habitaban en los manantiales y parajes desolados.

Pero el tiempo pasa, y no en vano. Se descubrieron riquezas en minerales
en las entrañas de mi querida tierra. Llegaron los mineros, las industrias
Y los contaminantes, y convirtieron mi pequeño pueblo en una infernal miseria.
Donde antes habían árboles, ahora solo hay concreto y acero.
Donde habían animales, ahora solamente hay basura y chatarra oxidadada.
Mis hermosos nevados ya están casi del todo negros,
Y de las hermosas montañas, ya solo queda un triste recuerdo...

Ya no quiero regresar a donde fuera mi hermoso y mágico pueblo.
Hasta la gente que habita allí ya no es la que había en tiempos aquellos.
Ya nadie te saluda, todos viven en un ajetreado y vil infierno
Y no tienen tiempo para observar el hermoso lugar, que fue alguna vez este desierto..