domingo, 27 de noviembre de 2016

Un pequeño lugar mágico...

Nací y crecí en una ciudad pequeña, enclavada en la altura de la hermosa sierra,
acunada en lo profundo de una quebrada, y que un caudaloso río con sus aguas bañaba.
Al despertar por la mañana, podía observar desde mi pequeña ventana,
al maravilloso sol levantarse desde detrás de las blancas montañas,
Iluminar el cielo azul intenso que nos abovedaba, y alegrar las montañas verdes
Que desde el otro lado a toda nuestra ciudad observaban.

Así era mi mágica ciudad, enclavada en un pedacito de tiempo detenido en la historia,
Por un lado los nevados majestuosos celosos nos cuidaban,
Y por el otro lado, las verdes montañas nuestra vista alegraban,
Como dos manos que la sostienen para que no se caiga
Se juntaban y sostenían a mi hermoso pueblo cual niño pequeño
Y al lado de él, un torrentoso río con sus aguas cristalinas de ensueño.

Las casas de barro, las tejas rojas, no había asfalto.
Los gallos competían en las mañanas para hacer oír su canto.
Los pajarillos alegres revoloteaban en los árboles altos.
La vida bullía por doquier, la naturaleza nos entregaba sus mejores regalos.
Éramos todos felices, sobre todo mis queridos abuelos,
Sembrando papas, maíz, hortalizas, criando gallinas y cerdos.
Los vecinos se saludaban a cada paso, eran tiempos buenos.
Los niños corríamos libres por los campos y prados,
Volábamos cometas, perseguíamos lagartijas, cazábamos sapos.
A veces nos gustaba oír cuentos sobre lugares encantados
De seres que habitaban en los manantiales y parajes desolados.

Pero el tiempo pasa, y no en vano. Se descubrieron riquezas en minerales
en las entrañas de mi querida tierra. Llegaron los mineros, las industrias
Y los contaminantes, y convirtieron mi pequeño pueblo en una infernal miseria.
Donde antes habían árboles, ahora solo hay concreto y acero.
Donde habían animales, ahora solamente hay basura y chatarra oxidadada.
Mis hermosos nevados ya están casi del todo negros,
Y de las hermosas montañas, ya solo queda un triste recuerdo...

Ya no quiero regresar a donde fuera mi hermoso y mágico pueblo.
Hasta la gente que habita allí ya no es la que había en tiempos aquellos.
Ya nadie te saluda, todos viven en un ajetreado y vil infierno
Y no tienen tiempo para observar el hermoso lugar, que fue alguna vez este desierto..

Cuidando tus sueños...

Duermes, como solamente tú sabes hacerlo, recostada sobre mi hombro y sonriendo,
El suave murmullo de tu respiración se siente como una dulce caricia en mi piel cansada,
El aroma de tus cabellos, el calor de tu frágil cuerpo, son un bálsamo para mis huesos,
Y cerrando los ojos, trato de acompañarte mientras duermes, y compartir tus sueños...

Qué es lo que ven esos bellos ojos, escondidos bajo esos párpados hermosos?
Sueñas acaso con las estrellas, con volar libre y feliz saltando entre ellas?
O sueñas con paisajes y lugares maravillosos,  surcados por ríos caudalosos?
O son tus sueños de fantasía, donde todo es dicha plena y pura alegría?

Intento descifrar tus sueños, pero solo logro enamorarme mas de tu sonrisa,
De la tranquila placidez de tu hermoso rostro, de tu mirada escondida.
Acaricio con delicadeza tus cabellos, los acomodo un poco, y te peino con los dedos,
Te mueves un poco ante esto, y te acurrucas aún mas a mi cuerpo...

Seguiré cuidando tus sueños, mi princesa bella, mientras tenga aliento, mientras pueda,
Pues estoy seguro que en tus sueños vuelas, y descubres muchas más cosas bellas.
Juntos haremos que tus sueños no sean solo maravillosas quimeras,
sino sean realidades, que podamos disfrutar, por toda la vida entera..

Tristeza...

El llanto de unas cuerdas en un viejo madero, hacen que mi alma suelte una lágrima, recordando aquel tiempo bello, cuando éramos los dos uno solo, éramos felices. Sigue gimiendo la vieja guitarra, y con cada vibrar hace que se me parta el alma. Mi corazón quiere salirse del aprisionado pecho, siente que se asfixia en este lugar tan desagradable, siente que debería abandonar mi maltratado cuerpo, pero la guitarra sigue sonando, sin nada importarle.
Cae la lágrima al polvoriento suelo, se mantiene unos segundos hasta convertirse en barro miserable. La mirada perdida en la profundidad de la soledad que me envuelve, solamente sirve para ver aquello que es horrible y desagradable. La piel duele, duele respirar el maliciento aire. Quiero escapar, quiero huir de esta condena. Quiero volver atrás, para evitar encontrarte.
Era feliz hasta aquel día, en que tuvieron que encontrarse nuestros caminos, y con sólo mirarte, supe que no podría nunca más, mientras viva, dejar de amarte. Y la vida me dió ese regalo: seguir vivo mientras tu existencia es ya solo memoria. No podía a ti acercarme, temblaba con pavor al solo mirarte. Cuando al fin pude superar mis miedos, y pude enfrentarte, me di con la amarga sorpresa que partirías en un viaje sin retorno, sin posibilidad alguna al regreso.
Fuimos felices por un instante eterno, que duró lo que dura un suspiro, o un beso al aire. Te fuiste en silencio. Ya ni cenizas quedan de lo que fuera tu maravilloso cuerpo; solo el recuerdo, de un amor fugaz y efímero, pero que me hizo esclavo y amo, de un amor eterno.
Sigue sonando la guitarra, sigue vibrando en el viejo madero, y las lágrimas, siguen cayendo sin parar. No hago ningún esfuerzo para detenerlas. Es un dolor que me quema por dentro, que no puedo consolar con nada, y que alimenta el mar de tristeza y congoja, que semejando una tormenta colosal e imparable, fluye desde el alma desolada...

Mil disculpas, señora...

Señora, le pido mil disculpas,
Por haberme portado así.
Sabe, nadie tiene en esto culpa,
De que me enamorara locamente de usted.
Es cierto, tiene usted muchos años más que yo,
Pero a quién eso importa?
Es usted aún muy hermosa y tentadora,
Y no puedo dejar de mirarla sin suspirar.

Me mira como a un niño pequeño,
Y sonríe, frunciendo un  poco el ceño.
Señora, reciba por favor esta rosa,
Que acabo de robar de un jardín.
No tengo un centavo en el bolsillo,
Pues con mi trabajo apenas me da para estudiar.
Señora, quisiera ser de su corazón el dueño,
Para aprender con él y de su mano,
Todo lo que significa el verbo amar.

Señora, no se vaya usted todavía,
Por lo menos acepte mi amistad.
Seré su fiel escudero y compañero,
En sus caminos por la vida, en libertad.
Señora, disculpe que se lo diga,
Esos que la dejaron, no la supieron valorar.
Es usted una mujer hermosa en portento,
Y con su experiencia, vale aún mucho más.

Señora, por favor, yo ya no soy un niño pequeño,
A quien usted deba cuidar.
Soy un hombre enamorado de un sueño,
Que ante sus incrédulos ojos,
Se hizo una maravillosa realidad.
La amo señora, la amo con locura desenfrenada,
Sueño despierto con tenerla entre mis brazos,
Con besar esos hermosos y apasionados labios,
Y perderme en su cuerpo de diosa celestial.

No importa lo que diga la gente, mi señora hermosa,
El amor no cree en edades, ni en posición social.
El amor ha llegado a su puerta, y la está llamando,
Y soy yo el bastardo afortunado,
A quien le tocó la suerte de poderla amar.

Coja mis manos, señora hermosa, y caminemos juntos,
Que la gente siempre va a comentar,
Que si anda sola, por qué esta sola?
Y si va conmigo, por qué está con un casi niño?
No importa eso ya, mi señora bella,
Pues a su lado yo he encontrado la felicidad,
Y estoy seguro que nuestra estrella,
No regaló la oportunidad única y la dicha
De poder amar de verdad...

Las cosas simples de la vida...

Al despertar te encuentro a mi lado,
Aun dormida susurras: Te amo.
Te abrazas a mi cuello, me besas,
Y así abrazados seguimos por un buen rato...

Salgo a caminar de madrugada,
A mi lado el cachorro trota con agrado,
A veces ladra, pero se ve contento,
Y va olfateando el gras y el pavimento.

Buenos días! Me saluda un sereno,
Buenos días! Respondo con agrado.
El cachorro feliz menea la cola,
Y también saluda a su modo.

En casa una buena ducha fría,
Una taza de café recién pasado,
Un pan caliente, recién horneado,
Y mis amores, en la mesa, a mi lado.

Camino al trabajo, la gente va apurada,
Pero algunos como yo, caminan a paso lento.
Muy buenos días! Me saluda alguien contento,
Se ve muy feliz, pues va sonriendo.

La jornada es dura, pero gratificante.
Hay mucho dolor, pero también alegría,
por haber ayudado a muchas personas
Y devolverles la fé en el amor y en la vida.

Almuerzo con los compañeros de trabajo,
Llamo por teléfono a mi Madre,
Conversamos un rato, ¿Cuándo me visitas?
Es un reclamo eterno, lo haré mas tarde.

El regreso a casa se hace interminable,
Estoy cansado, algo triste, y muero de hambre.
Al abrir la puerta te cuelgas de mi cuello,
Y sin decir nada, me estampas un sonoro beso.

Entre mis pies feliz menea la cola,
Nuestro cachorro fiel, que está contento.
Parece que quisiera decirme "Hola,
No quise portarme mal, disculpa el desastre hecho"

Sigues abrazada a mi, colgada de mi cuello,
No me preguntas nada, no me dices nada mas,
Que un simple  y lacónico "Papi, te quiero"
Y yo nuevamente soy feliz y estoy contento.

Me cuentas de tus tareas, tus labores,
De todo lo que hoy has aprendido.
Me haces mil preguntas, me dices muchas cosas más,
Y luego cansada del día, te acuestas en tu lecho.

Te dejo dormida en tu cama, te abrigo,
Un beso en la frente: Que tengas dulces sueños.
Iré a descansar feliz, pues soy feliz, es cierto,
De tener en mi vida, amor y cariño eterno.

Escuadrón...

Escuadrón de mis ideales, que avanza a paso firme en feroz combate,
Derrumbando barreras, sorteando pasos infranqueables, venciendo miedos y dificultades.
Son mis ideas, los soldados geniales, que cual jinetes colosales,
Cabalgan sobre mis sueños infatigables, que cual potros alados,
Vuelan libres e incansables por los aires, sin cadenas que los aten.
No hay nadie que me pueda detener, con este escuadrón de soldados inmortales,
Que son guiados por el más feroz e implacable comandante,
Que nunca duerme, que no descansa, que no se detiene ni por un instante,
En su marchar galopando a ritmo de combate:
Es un corazón enamorado y loco de remate.
Solamente late por conquistar sus sueños, solamente vive por un instante,
De gloria infinita al encontrar a su mitad perfecta
Con la que comparta sus sueños, sus alegrías y penas,
Y juntos puedan volar al infinito y a las estrellas.

Adelante mis aguerridos muchachos! A paso firme! No demos cuartel
Al enemigo infatigable. Siempre estará frente a nosotros,
Tratando de derrotarnos, de sembrar la duda y el temor en nuestras filas.
No podemos dejar que caiga la noche de la rutina y el desgano,
No podemos dejarnos vencer por el rencor y las envidias,
Nadie podrá detenernos, nadie podrá enfrentarnos si seguimos juntos,
Si seguimos fieles a nuestras ideas, a nuestros sueños e ideales.

Siga firme mi Corazón comandante, guíe a sus tropas siempre adelante,
Nos llamarán locos, nos llamarán desquiciados, nos llamarán derrotados,
Pero nunca jamás nadie podrá acusarnos de cobardes!
Volaré con ustedes, sin nada que me ate. Volaré sin retorno,
Hasta el infierno mismo de ser necesario,
Pero seguiré fiel a mis ideales...