viernes, 11 de marzo de 2016

Que calor de locos...

Qué calor de locos, ya me voy a evaporar,
El inclemente sol de verano, me quiere sancochar.
Necesito unos helados, o mejor dos cremoladas,
Guanábana, fresa, piña, coco, mango, guayaba,
Para esta terrible sed, igual no hay nada.
Mejor me pido una Inka Cola recontra helada,
Y me la tomo recostado en mi hamaca,
Debajo de una palma, muy cerca a la playa,
Y abrazando de la cintura a mi linda flaca.

Con este calor de los mil demonios,
Sólo quiero irme para mi hermosa Sierra,
A disfrutar de la altura y los hielos eternos,
Y a saciarme comiendo ricas truchas enteras.
Pero al no poder salir del trabajo tan lejos,
No me queda otra, que atacar la nevera,
Me preparo un rico ceviche de cangrejos,
Y pa la sed, una deliciosa y espumante chela.
Si no hay chela, pues un vaso de chicha morada,
Que es muy refrescante si la tomas bien helada.
Y si aún así, en la nevera ya no te queda nada,
Hielo, limón y azúcar - una refrescante limonada!

Para estos meses de infernal calor intenso,
Deberíamos mudar a la playa la ciudad entera,
O por lo menos convertir en una nevera,
La oficina, los pasadizos y las escaleras.
Que calor de locos, estoy que me muero!
Amigos del frío norte: pasen un poco de hielo!!

jueves, 10 de marzo de 2016

Recuerdas que mirábamos las estrellas?

Recuerdas, niña preciosa, que mirábamos las estrellas,
y que nuestras almas volaban, a danzar con ellas?
Recuerdas que éramos pequeños, aun inocentes niños,
y que íbamos descubriendo nuestro amor y cariño?

Cómo olvidar aquellos  preciosos momentos,
en que, levantando la mirada, mirabas al cielo,
y la luz y el brillo de tus hermosos ojos bellos,
competían en belleza con las estrellas del firmamento.

Ves aquella hermosa? Me decías, sonriendo,
Es mi estrella favorita, siempre me acompaña.
Mírala fijamente, verdad que es bella?
Ella guía mi camino y mi vida entera.

Aún ahora, en mis largas noches solitarias,
levanto la mirada y miro a nuestra estrella.
 Se que en algún lugar, en ese preciso momento,
También la miras, y me estás sonriendo.....


El amor a la distancia....

Dicen que la distancia, al amor suele matar,
Y que con el paso del tiempo, todo se debe acabar.
Mas, díganme como mido la distancia que separa 
A éste,  mi corazón enamorado, y el de mi amada?

Será acaso una distancia suficiente, 
La que separa a mares,  océanos y continentes,
O el navegar por los mares del tiempo etéreo, 
Para destruir y poner fin  al amor verdadero?

No hemos visto acaso amores de antología, 
Que han sobrevivido a tales terrores con valentía?
Y a diario vemos que aún viviendo juntos,
Dos que decían que se aman, ya ni se miran?

No creo que sean ni la distancia ni el tiempo,
Los que acaben con el amor y los sentimientos.
Pienso más bien que es la mundanal rutina,
De la pasión y de los sueños, la verdadera asesina.

No deberíamos permitir que esta cruel enemiga,
Se apodere de nosotros y nuestras vidas.
Hagamos que sean siempre nuestros sueños,
Los que nos hagan volar libres al firmamento.

Que nunca jamás habrá ni la distancia ni el tiempo, 
Que pueda destruir  los verdaderos sentimientos,
De dos corazones que viven en el amor atrapados, 
Y que laten al unísono, eternamente enamorados.


martes, 8 de marzo de 2016

En el día de la Mujer.....

Hoy que el mundo entero celebra, un día tan especial,
Quiero a todas las mujeres, con mis versos felicitar.
Fuiste creada como compañera, como amiga  ideal,
Madre, hermana, esposa, hija, luchadora sin igual.

Musa eterna inspiradora, de los poetas y cantores,
Cantaremos todos juntos, al amor de mis amores.
Puedes ser la más hermosa y bella Princesa tierna,
Cómo la más terrible y vengativa, espantosa bruja fiera.

Seguiré cantando alegre, celebrando feliz y contento,
Por la suerte que me ha tocado, pues a mi lado hoy yo tengo,
A la más bella, amorosa y preciosa, mujer de todos mis sueños,
Que jamás haya pisado éste, o cualquier otro, firmamento.

lunes, 7 de marzo de 2016

Recuerdas tía bella....

Recuerdas tía bella, que contábamos las estrellas?
Cómo olvidar los momentos, en que una tarde de aquellas,
Mirando hacia el cielo y admirando al firmamento,
Contemplábamos la grandeza y belleza del universo eterno.

Yo era aún un niño pequeño, que hablaba de sus sueños,
Tu una joven hermosa, que aguantaba mis locuras.
Aún en esos tiempos me gustaba sentirme dueño,
De la tierra y del firmamento. Andaba ya loco sin cura.

Levantamos la mirada, para admirar el inmenso cielo,
Y yo de reojo, me deleitaba con tu rostro bello.
Sentía un poco de celos pensando en el suertudo
Que tome el lugar en tu corazón para ser tu esposo.

Escuchabas atenta y con interés mis monólogos largos,
Me mirabas con curiosidad y disfrutabas mis desvaríos.
Más que sobrino y tía, éramos como dos hermanos,
Que compartían risas y penas, dichas y alegrías.

Partí de nuestra tierra querida aún siendo  pequeño,
Me embarqué en la aventura de conseguir un sueño.
La vida tuya tuvo de todo, hasta aquel grandioso día,
En que con tu esposo amado, formaste una gran familia.

Cambiaron muchas cosas en tu vida, también en la mía,
Pero seguirás siendo para mí, mi joven y hermosa tía.
Con la que en las noches frías de nuestra ciudad bella,
Mirábamos hacia el cielo y contábamos las estrellas.

Recuerdas, querida tía Rosi, aquellas tardes eternas,
En que hablamos de la vida, de nosotros, de los sueños?
Disculpa por favor este monólogo y el atrevimiento,
Pues a tu lado siempre me sentiré ese niño pequeño.

Que habla sin parar de sus sentimientos y sus sueños,
De la vida y de las injusticias a las que nos sometemos.
Pero, es gracias a tu enorme paciencia y a tu cariño,
Que se mantuvo incólume en mí, mi alma de niño.

Seguirás siempre conmigo alegre y contenta.
Nadie podrá jamás quitar de mi corazón y de mi alma,
El tiempo que pasaba al lado de mi querida tía bella,
Contemplando la noche y contando las estrellas.

sábado, 5 de marzo de 2016

A ritmo de un bolero de antaño....

Al ritmo de un viejo bolero de antaño,
sentados junto al fuego y tomados de las manos,
nuestras almas vuelan recordando el tiempo,
y la magia sublime de nuestro primer beso.

Parece ayer, éramos todavía unos pequeños,
que con timidez y osadía nos entregábamos al ensueño,
y liberamos el amor y la pasión que por dentro,
quemaba y atormentaba nuestros sentimientos.

Fueron las letras y la música de ese bolero viejo.
que alzó a nuestra timidez en un mágico vuelo,
hizo que rompamos la cárcel de nuestro deseo
y juntemos nuestros labios en un tierno beso.

Quedaron para siempre atrapadas en el tiempo
nuestras almas disfrutando de aquel momento,
que hizo a nuestros sentimientos puros y eternos,
y a nuestros corazones dueños del firmamento.

Sigue sonando melodioso, no te detengas viejo bolero,
 llévanos de nuevo hasta ese sublime instante etéreo,
en que, por vez primera, nos dimos un tierno beso
y alzamos nuestras alas, libres al fin, hacia el cielo.....

sábado, 27 de febrero de 2016

Amor eterno....

Al levantarte de madrugada, apenas sientes la fría brisa matutina en el rostro, miras a la distancia y sientes que eres una pequeña e insignificante persona, que solo debe cumplir con el rol que le fue encomendado. Desvías tu mirada un rato hacía el lecho nupcial. Lo notas enorme y poderoso, bueno y tierno. Sabes que le debes mucho, pues te aceptó sin poner reparos. Parece ayer, se presentó a a la casa de tus padres, y pidió tu mano en matrimonio. Es cierto, ya tienes la edad, la cumpliste no hace mucho, pero aún así tuviste miedo de lo que iba a pasar. Peor aún, después de ese sueño tan raro, que al parecer tuvo mucho que ver en lo que ahora está pasando.

Cierras los ojos, es difícil recordar, como ni cuando, pero de algo estás segura: pasó. No te lo explicaron, no te dijeron nada de los detalles ni de la forma como esto tenía que suceder, ni lo que sentirías, minutos antes y tiempo después. Solamente sucedió, y no pudiste evitarlo. Lentamente tocas tu pequeño abultado vientre. Una sensación rara, de miedo y de placer combinados, invade a todo tu ser. Sabes que hay una pequeña vida que se está gestando en tu vientre, y que de ti depende como crecerá ese pequeño fruto del amor. 

Qué es el amor? Siempre te preguntaste esto. Nunca obtuviste una respuesta adecuada. Sabes que hay mucho amor en el mundo, lo tuviste de sobra de tus padres y tus hermanos. Ellos te brindaron un plato de comida y un techo mientras fuiste niña. Ahora que ya estás desposada, es con tu esposo que debes compartirlo todo. Y por eso le debes respeto y cariño, y por qué no, también amor.

Un ruido te devuelve de tus sueños y remembranzas. Se ha despertado. Con mucho cuidado, y cariñosamente, te abraza y te da un cariñoso beso. "Todo bien?" te pregunta, tratando con extremo cuidado de no pegarse mucho, pues cree que podría lastimarte. Sus manos son toscas, su trato es rudo. Es el trabajo, y la dura jornada diaria, los que han logrado formar su temple y su fuerza. Y lo sabe con mucha certeza. Por eso siempre te trata con sutileza y mucha ternura. A su lado, tu frágil cuerpo y tus delicadas formas de una recién crecida niña, hacen que las formas de él se noten mas toscas todavía. Pero tienes una mirada tan segura, serena y firme, que a tu lado él se convierte en un indefenso cachorro. No puedes negarlo, es tu complemento ideal, y ya todos lo habían notado.

"Todo bien, esposo mío" Le respondes con cariño. No hablan nunca de lo que pasó. Hay un pacto silencioso de no hablar sobre lo que les pasó justo antes del matrimonio. Él te aceptó como esposa, sin poner en duda por un segundo de tu integridad e inocencia. Y aceptó lo que te había pasado, como quien acepta la llegada de la noche, o la salida del sol de un nuevo día. Y por eso lo admiras y respetas aún más. Y sabes con certeza, que no en vano, están ahora y para siempre juntos.

Lentamente cierras la ventana, y con cuidado te diriges hacia la cama. Es aún de madrugada, todavía pueden descansar un rato, pues la jornada diaria será larga. Pero aún no tienes idea siquiera, de todo lo que te espera. Ni siquiera, por una milésima de segundo, han pasado por tu cabeza, todo lo que la vida y el destino han preparado para ti y ese pequeño que llevas en tu vientre.

- Vas a cuidar de nosotros siempre, verdad José?

- No lo dudes nunca, mi amada María.